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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

El secreto de Wal-Mart para tener los precios más bajos (y sus efectos secundarios)

Vender cuatro litros de pickles de primera marca a sólo tres dólares es una de las maravillas de Wal-Mart. ¿Cómo lo hace? ¿Y a expensas de quién? Un frasco de pickles de cuatro litros puede ser una maravillosa metáfora de nuestro tiempo. Los verdes pepinillos que flotan sobre la salmuera parecen reptiles con sus formas distorsionadas por el vidrio. El frasco pesa más de cinco kilos, demasiado para llevarlo en una mano.

Wal-Mart lo vendía a 2,97 dólares en sus sucursales de los Estados Unidos. El consumidor, agradecido. Por menos de tres dólares, cubría sus necesidades de pickles para todo el año con un producto de primera marca: Vlasic.

Según el artículo The Wal-Mart you don't know de la publicación Fast Company, los precios increíbles son el principal factor que ha permitido a Sam Walton convertirse en el rey del retail (y mantenerse ahí). En sus góndolas, el norteamericano puede encontrar muchos productos hasta un 75 por ciento más baratos que en un almacén promedio.

Sin embargo, esta es sólo una cara de la historia. ¿Qué ocurre con Vlasic? Desde la perspectiva del proveedor, el cuento es diferente. Hacer negocios con el retailer número uno del mundo puede no ser la experiencia más agradable (aunque sí inmensamente desafiante).

La estrategia de Wal-Mart para ofrecer productos tan económicos es sólo un secreto a voces. En líneas generales, es la estrategia tradicional de cualquier retailer de grandes volúmenes: un fenomenal poder para negociar precios y condiciones de pago. Lo que distingue a Wal-Mart son unas anchísimas espaldas que le permiten ejercer feroces presiones sobre los proveedores.

Wal-Mart tiene una clara política de compras: "compro su producto a X dólares. El precio no se negocia. Tómelo o déjelo".

Claro, para el vendedor no es sencillo rechazar las seductoras góndolas de una empresa que vende nada menos que 300 mil millones anuales. Los pedidos son inimaginables. Entonces, la respuesta del proveedor suele ser un brutal ajuste de su supply-chain para satisfacer el precio exigido por Wal-Mart.

Para Vlasic, por ejemplo, esto significa ajustar los procesos desde la granja hasta la distribución, pasando por las fábricas y la parte financiera. Incluso, esto implica presionar a los propios proveedores para obtener descuentos. Esta es la realidad que enfrentan los más de 21.000 proveedores norteamericanos de la galaxia Wal-Mart.

En líneas generales, no hay nada demasiado novedoso en este método. Sin embargo, en los últimos años, el frenesí del outsourcing global agregó nuevos condimentos al cóctel. Muchas empresas, en su afán de reducción de costos para poder seguir vendiendo a Wal-Mart decidieron tercerizar su producción en países de mano de obra barata.

Y el asunto preocupa en los Estados Unidos. A medida que los proveedores de Walton mudan sus operaciones al exterior, van destruyéndose puestos de trabajo norteamericanos.

Así, el cartelito con "el precio más bajo" está generando una verdadera redistribución del ingreso global desde los Estados Unidos hacia naciones en vías de desarrollo. En definitiva, mire todo lo que hay dentro de un frasco de pickles a tres dólares. Clarin.

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