Cuanto más inteligente más gruñón
Un mito que se comprobaría en los adultos mayores. Un nuevo estudio sugiere que l a relación entre inteligencia y personalidad cambia con la edad. Parecería que la actitud abierta y simpática que los jóvenes necesitan para absorber información pierde significado para los adultos mayores más inteligentes, que ya tienen muchos conocimientos, volviéndolos "gruñones".
Intentar establecer una relación entre un tipo de personalidad y la inteligencia es un área polémica en psicología. Sin embargo, esta clase de estudios suele hacerse en personas jóvenes, pero son poco frecuentes en los ancianos. Un reciente trabajo, presentado en la Convención 2006 de la American Psychological Association en Nueva Orleáns (EE.UU), sugiere que las personas de mayor edad, que tienen una inteligencia superior al promedio tienden a ser antipáticas. Esto no quiere decir, afirman los autores, que la inteligencia superior va siempre de la mano con el mal genio. De hecho, las personas jóvenes e inteligentes tienden a ser más abiertas a las situaciones nuevas en lugar de ponerse antipáticas.
Este estudio, conducido por Thomas Baker de la York University en Toronto (Canadá) y Jacqueline Bichsel de la Pennsylvania State University (EE.UU) comparó por primera vez adultos jóvenes y mayores en relación con los rasgos de la personalidad predicen la inteligencia. Para ello se trabajó con una muestra de 381 adultos sanos entre 19 y 89 años que tenían diversos grados de educación, que iban desde haber terminado la secundaria hasta postgrados universitarios. Y los separaron en tres grupos: los 246 adultos mayores de 60 años se clasificaron como "mayores". Ese grupo se dividió en dos más pequeños del mismo tamaño compuestos por adultos mayores que tenían capacidades cognitivas comparables con las del grupo más joven y adultos mayores que tenían capacidades cognitivas superiores al resto. Los 135 adultos restantes menores de 60 años se clasificaron como "jóvenes".
Los resultados fueron interesantes, y para algunos autores, controvertidos: " La franqueza y la extraversión eran predictores importantes del conocimiento general en adultos jóvenes. Pero en el caso de los adultos mayores cognitivamente comparables a los adultos jóvenes, los rasgos de la personalidad de la franqueza y la extraversión tenían poco o nada de impacto en su capacidad de conservar conocimiento general", informó la American Psychological Association (APA). "Parece que en la juventud, la actitud abierta ante las experiencias es el factor de la personalidad más importante" para adquirir conocimiento, explicó Jacqueline Bichsel, coautora del estudio.
Respecto del grupo de mayores que tenía capacidades cognitivas superiores, surgió " la simpatía como inversamente proporcional a la inteligencia en relación con lo que se observó en los grupos anteriores; con una mejor retención del vocabulario y del conocimiento", destacó la APA. Parecería ser, aclaró Bichsel, que "a medida que envejecemos, cosa que anteriormente no se había encontrado, la actitud abierta hacia las experiencias deja de ser tan importante y lo que importa es una naturaleza antipática".
Cuanto más inteligente, más gruñón; y para explicarlo, los autores señalaron que estudios anteriores han demostrado que las personas altamente inteligentes tienden a ser más independientes y que la autosuficiencia quizá pueda hacer que ser simpático sea menos importante. T ambién hallaron que los jóvenes que eran relativamente menos extrovertidos obtuvieron mejores puntajes en pruebas de conocimiento. Para llegar a estos resultados, se les aplicó a todos los participantes la misma serie de pruebas y cuestionarios; algunos de ellos para medir inteligencia y conocimiento; y otros para evaluar los rasgos de personalidad, como actitud abierta, minuciosidad, extroversión, simpatía y neurotismo.
Los investigadores concluyeron que la relación entre inteligencia y personalidad cambia con la edad y que el tipo de actitud abierta que los jóvenes necesitan para absorber información nueva quizás pierda significado para los adultos mayores más inteligentes que ya tienen muchos conocimientos. También se observó que el grupo mayor "superior" era más minucioso, lo que se relacionó con mejor memoria a corto plazo y procesamiento auditivo, dos habilidades que los autores del estudio atribuyeron a mejor capacidad para realizar pruebas, no mayor inteligencia. Algunos autores, como el profesor Richard Robins, de la Universidad de California (EE.UU), duda sobre la contundencia de estos resultados y plantea la necesidad de muestras de mayor envergadura.
Mariana Nisebe, Clarín.
Intentar establecer una relación entre un tipo de personalidad y la inteligencia es un área polémica en psicología. Sin embargo, esta clase de estudios suele hacerse en personas jóvenes, pero son poco frecuentes en los ancianos. Un reciente trabajo, presentado en la Convención 2006 de la American Psychological Association en Nueva Orleáns (EE.UU), sugiere que las personas de mayor edad, que tienen una inteligencia superior al promedio tienden a ser antipáticas. Esto no quiere decir, afirman los autores, que la inteligencia superior va siempre de la mano con el mal genio. De hecho, las personas jóvenes e inteligentes tienden a ser más abiertas a las situaciones nuevas en lugar de ponerse antipáticas.
Este estudio, conducido por Thomas Baker de la York University en Toronto (Canadá) y Jacqueline Bichsel de la Pennsylvania State University (EE.UU) comparó por primera vez adultos jóvenes y mayores en relación con los rasgos de la personalidad predicen la inteligencia. Para ello se trabajó con una muestra de 381 adultos sanos entre 19 y 89 años que tenían diversos grados de educación, que iban desde haber terminado la secundaria hasta postgrados universitarios. Y los separaron en tres grupos: los 246 adultos mayores de 60 años se clasificaron como "mayores". Ese grupo se dividió en dos más pequeños del mismo tamaño compuestos por adultos mayores que tenían capacidades cognitivas comparables con las del grupo más joven y adultos mayores que tenían capacidades cognitivas superiores al resto. Los 135 adultos restantes menores de 60 años se clasificaron como "jóvenes".
Los resultados fueron interesantes, y para algunos autores, controvertidos: " La franqueza y la extraversión eran predictores importantes del conocimiento general en adultos jóvenes. Pero en el caso de los adultos mayores cognitivamente comparables a los adultos jóvenes, los rasgos de la personalidad de la franqueza y la extraversión tenían poco o nada de impacto en su capacidad de conservar conocimiento general", informó la American Psychological Association (APA). "Parece que en la juventud, la actitud abierta ante las experiencias es el factor de la personalidad más importante" para adquirir conocimiento, explicó Jacqueline Bichsel, coautora del estudio.
Respecto del grupo de mayores que tenía capacidades cognitivas superiores, surgió " la simpatía como inversamente proporcional a la inteligencia en relación con lo que se observó en los grupos anteriores; con una mejor retención del vocabulario y del conocimiento", destacó la APA. Parecería ser, aclaró Bichsel, que "a medida que envejecemos, cosa que anteriormente no se había encontrado, la actitud abierta hacia las experiencias deja de ser tan importante y lo que importa es una naturaleza antipática".
Cuanto más inteligente, más gruñón; y para explicarlo, los autores señalaron que estudios anteriores han demostrado que las personas altamente inteligentes tienden a ser más independientes y que la autosuficiencia quizá pueda hacer que ser simpático sea menos importante. T ambién hallaron que los jóvenes que eran relativamente menos extrovertidos obtuvieron mejores puntajes en pruebas de conocimiento. Para llegar a estos resultados, se les aplicó a todos los participantes la misma serie de pruebas y cuestionarios; algunos de ellos para medir inteligencia y conocimiento; y otros para evaluar los rasgos de personalidad, como actitud abierta, minuciosidad, extroversión, simpatía y neurotismo.
Los investigadores concluyeron que la relación entre inteligencia y personalidad cambia con la edad y que el tipo de actitud abierta que los jóvenes necesitan para absorber información nueva quizás pierda significado para los adultos mayores más inteligentes que ya tienen muchos conocimientos. También se observó que el grupo mayor "superior" era más minucioso, lo que se relacionó con mejor memoria a corto plazo y procesamiento auditivo, dos habilidades que los autores del estudio atribuyeron a mejor capacidad para realizar pruebas, no mayor inteligencia. Algunos autores, como el profesor Richard Robins, de la Universidad de California (EE.UU), duda sobre la contundencia de estos resultados y plantea la necesidad de muestras de mayor envergadura.
Mariana Nisebe, Clarín.
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carmen -