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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Lo que oculta el rugido de Vietnam

La segunda economía que más crece en Asia vive bajo la opresión de un Partido Comunista reacio a ceder el poder. Formalmente, el mismo Vietnam comunista que derrotó a EE.UU. en la Guerra Fría hoy es el glamoroso anfitrión del APEC, una de las instituciones ícono del libre mercado.

Pero en la práctica, Vietnam ha seguido el mismo derrotero que China, a menor escala: el Partido Comunista mantiene un férreo control del poder, pero vive una revolución industrial gracias a su apertura económica iniciada en 1986 con su Doi Moi (renovación), tal como Beijing inició reformas en 1978.

También como en China, las privatizaciones han sido capturadas a precios de liquidación por los jerarcas del PC, y la natalidad es controlada (se permiten dos hijos por matrimonio; en China, uno).

Vietnam hoy rebosa de alegría financiera; es la segunda economía de mayor crecimiento en Asia (8,5% anual, tras China), este año ingresó a la OMC y su principal índice bursátil casi se ha duplicado en 2006.

El país ya produce y consume más acero que Francia, y la población bajo la línea de la pobreza cayó de 51% en 1990 a 19,5% en la actualidad.

"Se siente en el aire un optimismo increíble de que el país está cada vez mejor", dice el arquitecto chileno Eduardo Burmeister, quien regresó recientemente tras siete meses de estadía en Vietnam.

Pero las cifras globales alegres esconden las oscuras prácticas del régimen y el trauma de una sociedad centenaria golpeada por el dinámico capitalismo.

La ONG Human Right Watch destaca que los DD.HH. no han mejorado, que existe mucha persecución religiosa y que las cárceles se inundan con niños, prisioneros políticos y quienes promueven los DD.HH. en internet.

"La gente está más feliz ahora, pero el Estado aún es muy controlado por el PC. Por ejemplo, el gobierno trata de saber dónde está cada uno de sus 84 millones de habitantes. Cada familia debe registrarse con la policía, y el jefe de familia es responsable de la ubicación de sus miembros. Si se hacen visitas privadas de noche, deben ser reportadas", dice James Reckner, ex combatiente de EE.UU. en el país, devenido en director del Proyecto Vietnam, de la Universidad de Texas.

Los vietnamitas también son adoctrinados por el PC en todas las fases de la educación. "Allí hay una contradicción, porque la economía progresa con el libre flujo de información, pero el régimen trata de controlar lo que se piensa", agrega Reckner.

El golpe de la industrialización también afecta a una sociedad con costumbres muy distintas a las occidentales. "La censura es desenfadada, y no sólo la política, moralmente también. Es una sociedad que me impresionó por conservadora; mis amigas solteras tenían que estar en casa a las nueve de la noche, y la virginidad ni se discute. Las mujeres tampoco toman alcohol", dice Burmeister.

Las diferentes velocidades en asimilar la globalización también muestran rupturas profundas. "Está la vorágine del comercio en Ho Chi Minh y Hanoi, donde encuentras tecnología que no ha llegado a Chile, pero afuera de las ciudades estás en el siglo XVIII, sin luz ni agua potable", comenta Burmeister.

Para Reckner, Vietnam vive una contradicción entre economía abierta y política cerrada que no es sostenible en el tiempo. Sin embargo, es difícil que mientras la economía mantenga su nivel de crecimiento, el PC vea amenazada su hegemonía.

IGNACIO ARANA ARAYA

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