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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Costes Conjuntos y Costes Comunes

Una buena parte de las empresas, tanto industriales como de servicios, se encuentran con la problemática de cómo distribuir sus costes conjuntos o sus costes comunes. Conviene recordar, en primer lugar, que los costes conjuntos son aquellos en los que incurre la empresa al obtener de forma simultanea más de un producto, o al adquirir por medio de una misma operación de compra, materias primas de calidades diferentes. Este tipo de escena­rios productivos se da porque a la empresa le resulta más barato producir los productos o comprar las materias primas conjuntamente.

Las economías que obtiene la empresa en los procesos de produc­ción conjunta de una serie de productos se las denomina "economías de alcance".

Los costes comunes, por su parte, se dan en aquellos escenarios productivos en los que los productos individuales utilizan recursos comunes o en los que determinados servicios se prestan a dos o mas usuarios. En este sentido, la utilización de los mismos recursos productivos por una amplia variedad de productos, o la contratación global de servicios para diferentes centros de actividad, se realiza con la finalidad de conseguir ahorro de costes, es decir obtener "economías de escala".

Dado que muchos centros de coste a los que se le asignan los costes comunes, son normalmente centros de beneficios, o centros de responsabilidad, el proceso de asignación está sujeto a una intensa discusión y negociación entre los diferentes responsables, con la finalidad de llegar a los llamados "acuerdos satisfactorios".

Mientras que la asignación de los costes conjuntos centra su atención en los productos con la finalidad de obtener eficiencias productivas, la asignación de los costes comunes centra su atención en los usuarios potenciales, que se benefician de la provisión común de los productos o servicios.

Ejemplos de empresas con costes conjuntos.

Como ejemplos de costes conjuntos, concretamente en la adquisición de materias primas, podemos hacer referencia a la adquisición de productos del mar (pesca), ya que se obtienen de la misma especie unidades de diferentes tamaños. El coste de la captura hay que asignarlo a las diferentes especies, y dentro de cada especie a los diferentes tamaños, dado que es necesario enfrentar a las unidades vendidas los costes y valorar las unidades capturadas y almacena­das, a efectos de determinar la situación patrimonial de la empresa.

Podemos tomar asimismo la industria conservera como un ejemplo en donde se dan costes conjuntos en la adquisición de materias primas. En las conservas vegetales, cuando se compra una determinada cantidad de espárrago, en el lote vienen tamaños diferentes, que al ser procesados se obtienen también productos de calidades diferentes, El coste medio al que se adquirió el kilo del lote no puede asignarse de forma igual a todos los productos obtenidos, por cuanto se llegaría al absurdo de asignar un coste de materia prima a algún producto, cuyo precio de venta no lo llegaría a cubrir. Lo mismo ocurre en las conservas de pescado (con el mejillón, etc.).

También se originan costes conjuntos en la adquisición de materias primas cuando la empresa, con la finalidad de ahorrar costes, acude a una subasta pública para adquirir un lote de materias primas iguales a las que habitualmente viene adquiriendo a sus proveedores habituales. Esta operación se suele realizar cuando se presenta la oportunidad de compra con la finalidad de ahorrar costes. En estos casos la empresa se enfrenta con el problema de como asignar el coste conjunto entre los diferentes tipos de materias primas adquirido.

Por otra parte, cuando la dirección de la empresa incurre en la contratación global de servicios (administrativos, informáticos, seguros, limpieza, etc.), en lugar de dejar que los centros de actividad contraten dichos servicios por separado, lo hace con el convenci­miento de que la adquisición global es más barata, es decir busca ahorros de coste. Una vez realizada la contrata­ción global, como los servicios benefician a muchos centros, es necesario asignar el coste global entre los centros que se benefician de los servicios. La asignación de estos costes comunes debe de efectuarse de forma que los costes asignados no sean superiores a los costes en los que incurrirían los responsables de los centros de tener plena libertad de contratación.

El punto de separación se corresponde con aquél momento en el que los productos principales y/o los subproductos pueden comenzar a identificarse. Cualquier coste de producción en el que se incurra, a partir de dicho punto, se suele denominar coste separable o coste específico.

Los productos que se obtienen en el punto de separación tienen distinta importan­cia para la empresa; así, es conveniente diferenciar los productos principales del resto de la producción.

Los "productos principales" son fundamentales para la viabilidad comercial de una empresa, mientras que los "subproductos" son generalmente complementarios. En otras palabras, ante un problema de decisión, consisten­te en producir o no los productos principales, los subproductos no influirán normalmente en dicha decisión.

Asignación de los costes conjuntos y de los costes comunes

Entre los modelos de asignación de costes más frecuentes cabe citar: a) Los que asignan los costes conjuntos entre todos los productos utilizando una medida física. b) Los que asignan los costes del proceso conjunto entre los productos tomando como base su "capacidad de absorción". c) Los que asignan el coste teniendo en cuenta el criterio de equidad. Este método puede ser aplicado a empresas de servicio público, cuando el efecto económico es importante. d) No asignando el coste del proceso conjunto; en este caso se valoran los productos obtenidos utilizando los precios de venta existentes en el mercado para cada producto.

Una primera razón para asignar los costes conjuntos y comunes entre los centros que se benefician de los servicios que los originan, es que su asignación puede contribuir a su reducción.

La segunda razón para asignar los costes conjuntos y comunes reside en la necesidad de determinar el coste de los productos a efectos de valorar las existencias, tal como disponen los principios de contabilidad generalmente aceptados.

La tercera razón para asignar los costes comunes es la necesidad de un control.

Un estudio de detallado de la problemática y métodos de asignación de costes conjuntos y comunes lo constituye el Documento nº 8 de la Comisión de Contabilidad de Gestión de AECA, titulado precisamente "Los costes conjuntos y comunes en la empresa", en el que se pasa revista a las distintas alternati­vas a este respecto, con las consiguien­tes recomendaciones, en cada caso, respecto a las opciones que pueden resultar más claras y ventajosas para los distintos tipos de empresas.

Jose Luis Iglesias Sánchez

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