¿Orgasmo global?
Múltiple, simultaneo y global: convocan a un orgasmo mundial por la paz. Una pareja de pacifistas californianos convocó a la humanidad a "un orgasmo global por la paz" el 22 de diciembre, la fecha del próximo solsticio. Buscan crear una gran masa de energía positiva, generada por un pensamiento común y armónico al mismo tiempo.
OK. La excusa es buenísima: juntémonos todos el 22 de diciembre, con quien queramos, y tengamos un orgasmo, simultáneo, planetariamente, para "cargar de energía humana a la Tierra" y contribuir a la "paz del mundo". Genial. Si le hace falta, es el mejor pretexto para tener sexo. Si no se animó hasta ahora, es el motivo soñado para organizar la orgía de su vida. Pero para los organizadores del "Globalorgasm", Donna Sheenan y Paul Reffel, la cosa no es sólo más seria, sino científica, y tiene unos por qués bastante curiosos.
La cuestión se explica así: hay unos científicos de la Universidad de Princeton que trabajan en un proyecto llamado EGG (Global Consciousness Project), cuyo trabajo principal es medir los niveles de energía del mundo, día por día. Y suponen que estos niveles dependen, en una relación muy directa, de cuánto se concentren las personas su pensamiento en un tema. Por ejemplo, entre otras cosas, estos "ingenieros, científicos y artistas" (¿?) descubrieron que el día en que todo el mundo vio por televisión los atentados del 11-S o el tsunami de Asia, el nivel de energía se multiplicó exponencialmente. De la misma forma, estos pacifistas afirman que "la combinación de alta energía orgásmica con la intención mental puede tener un efecto mucho mayor que las meditaciones en masa y las oraciones colectivas intentadas anteriormente".
Para que funcione, entonces, parece que no es cuestión de tener sexo (o masturbarse, claro, porque tampoco pretenderán que todos encuentren pareja de aquí a un mes y 1 día) a tontas y a locas. La cosa es que el 22 de diciembre (que cae sábado, vamos todavía, hay tiempo para la previa) los participantes deben "concentrar sus pensamientos en la paz, durante y después del orgasmo". Nada de pensar en otro/otra, en la modelo de turno, en la fantasía recurrente. No, no, amigos: ¡a pensar en la paz mundial!, que sino el acabar será en vano.
Y parece que Donna y Sheenan quieren que el llamado vaya en serio. De hecho, confían plenamente en que el anuncio y el video online recorran el mundo: "Este es uno de esos proyectos que sólo pueden tener impacto global gracias a internet", dice su sitio. "Uno no podría conseguir que la gente en todas partes escuchase este tipo de ideas sin la tecnología y la cultura que se ha formado en torno a esta tecnología", agregan. Otros ejemplos de flashmobs, convocatorias masivas y rápidas vía web, lo confirman. El sábado pasado, 3.000 personas se reunieron en Palermo a jugar a la "guerra de almohadas", convocadas por una estudiante de 23 años desde un blog. O con el "salto global" de la mañana del 20 de julio de este año, con el que un científico alemán que sostenía que si 600 millones de personas del hemisferio occidental saltaban al mismo tiempo, se podría modificar la órbita de la Tierra y mejorar el clima del planeta.
Sheehan, de 76 años, y Reffel, de 55, no son nuevos en esto. Ya promovieron numerosas protestas globales y organizaron manifestaciones contra la guerra antes de que Estados Unidos invadiera Irak en 2003. En 2002, Sheehan movilizó a casi 50 mujeres que se desnudaron y formaron con sus cuerpos la palabra "Peace" (Paz) en un predio del Condado Marin, en California. "El orgasmo p oporciona un increíble sentimiento de paz durante el orgasmo mismo y después ", dijo Sheehan en declaraciones al diario San Francisco Chronicle. "Tu mente queda como en blanco", agregó. "Es similar a un estado de meditación. Y se ha demostrado que las meditaciones colectivas logran cambios", afirmó, por si quedaban dudas, o le faltaba un empujoncito...
Natalia Zuazo
OK. La excusa es buenísima: juntémonos todos el 22 de diciembre, con quien queramos, y tengamos un orgasmo, simultáneo, planetariamente, para "cargar de energía humana a la Tierra" y contribuir a la "paz del mundo". Genial. Si le hace falta, es el mejor pretexto para tener sexo. Si no se animó hasta ahora, es el motivo soñado para organizar la orgía de su vida. Pero para los organizadores del "Globalorgasm", Donna Sheenan y Paul Reffel, la cosa no es sólo más seria, sino científica, y tiene unos por qués bastante curiosos.
La cuestión se explica así: hay unos científicos de la Universidad de Princeton que trabajan en un proyecto llamado EGG (Global Consciousness Project), cuyo trabajo principal es medir los niveles de energía del mundo, día por día. Y suponen que estos niveles dependen, en una relación muy directa, de cuánto se concentren las personas su pensamiento en un tema. Por ejemplo, entre otras cosas, estos "ingenieros, científicos y artistas" (¿?) descubrieron que el día en que todo el mundo vio por televisión los atentados del 11-S o el tsunami de Asia, el nivel de energía se multiplicó exponencialmente. De la misma forma, estos pacifistas afirman que "la combinación de alta energía orgásmica con la intención mental puede tener un efecto mucho mayor que las meditaciones en masa y las oraciones colectivas intentadas anteriormente".
Para que funcione, entonces, parece que no es cuestión de tener sexo (o masturbarse, claro, porque tampoco pretenderán que todos encuentren pareja de aquí a un mes y 1 día) a tontas y a locas. La cosa es que el 22 de diciembre (que cae sábado, vamos todavía, hay tiempo para la previa) los participantes deben "concentrar sus pensamientos en la paz, durante y después del orgasmo". Nada de pensar en otro/otra, en la modelo de turno, en la fantasía recurrente. No, no, amigos: ¡a pensar en la paz mundial!, que sino el acabar será en vano.
Y parece que Donna y Sheenan quieren que el llamado vaya en serio. De hecho, confían plenamente en que el anuncio y el video online recorran el mundo: "Este es uno de esos proyectos que sólo pueden tener impacto global gracias a internet", dice su sitio. "Uno no podría conseguir que la gente en todas partes escuchase este tipo de ideas sin la tecnología y la cultura que se ha formado en torno a esta tecnología", agregan. Otros ejemplos de flashmobs, convocatorias masivas y rápidas vía web, lo confirman. El sábado pasado, 3.000 personas se reunieron en Palermo a jugar a la "guerra de almohadas", convocadas por una estudiante de 23 años desde un blog. O con el "salto global" de la mañana del 20 de julio de este año, con el que un científico alemán que sostenía que si 600 millones de personas del hemisferio occidental saltaban al mismo tiempo, se podría modificar la órbita de la Tierra y mejorar el clima del planeta.
Sheehan, de 76 años, y Reffel, de 55, no son nuevos en esto. Ya promovieron numerosas protestas globales y organizaron manifestaciones contra la guerra antes de que Estados Unidos invadiera Irak en 2003. En 2002, Sheehan movilizó a casi 50 mujeres que se desnudaron y formaron con sus cuerpos la palabra "Peace" (Paz) en un predio del Condado Marin, en California. "El orgasmo p oporciona un increíble sentimiento de paz durante el orgasmo mismo y después ", dijo Sheehan en declaraciones al diario San Francisco Chronicle. "Tu mente queda como en blanco", agregó. "Es similar a un estado de meditación. Y se ha demostrado que las meditaciones colectivas logran cambios", afirmó, por si quedaban dudas, o le faltaba un empujoncito...
Natalia Zuazo
0 comentarios