Emprendedores que ayudan a emprendedores
Estudiantes de ingeniería comercial decidieron poner sus conocimientos al servicio de los microempresarios. Hasta la fecha han asesorado a 48 personas y orientado, a través de charlas, a más de 300.
A la hora de hablar de emprendimiento, muchos piensan en crear un negocio, pero no es el único camino, y un grupo de estudiantes de la Universidad Central lo ha demostrado. Estos jóvenes crearon el centro de microfinanzas, orientado a apoyar a emprendedores.
Así, en vinculación con el PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) y la Universidad Central, se creó en 2005 este proyecto. Pero ¿en qué consiste este centro? De forma gratuita asesoran en terreno a microempresarios.
Felipe Argandoña (24 años), estudiante de ingeniería comercial, explica la forma en que opera el sistema: "Nuestra labor llega hasta la elaboración de metas y cómo vamos a conseguirlas".
En tanto, su compañero Gonzalo Acevedo (23 años) cuenta que la idea del centro es transformarse en un canal y una oportunidad real para las personas que participan en él.
Desde que nació el centro han asesorado directamente a unos 48 microempresarios. A esto hay que sumar los que reciben algún tipo de "orientación" a través de charlas, con lo que la cifra de beneficiarios supera los 300.
El centro trabaja con voluntarios, que son principalmente estudiantes de ingeniería comercial de la universidad. En la parte más directiva o de administración del centro está, además de Gonzalo y Felipe, Paula Inostroza.
Un tema clave, dicen, es tener en cuenta que se está trabajando con personas que tienen una dignidad. "Cuando nos comprometemos con las personas quiere decir que estamos haciendo un trabajo 100% profesional", afirma Sergio Urrutia, director del Centro de Microempresas.
Pero llevar adelante esta iniciativa no ha sido fácil para estos jóvenes. Por ejemplo, un tema importante es el financiamiento. Explican que los costos ascienden aproximadamente a $2,5 millones al año, pero sería ideal que pudieran disponer del doble, ya que actualmente hay dinero que sale de los propios bolsillos de estos jóvenes.
Pero tan entusiasmados están estos emprendedores con su proyecto, que le dedican muchas horas. Por ejemplo, Gonzalo cuenta que "vengo hasta los sábados para acá. A mi papá no lo veo, a mi polola de repente, y a mis amigos ni hablar".
En todo caso, dicen que todo el esfuerzo ha valido la pena. "El otro día fuimos a visitar a un microempresario que está asesorado, y entonces empiezas a ver los resultados que han tenido y cómo va mejorando esa persona, o sea, lo que conseguimos, eso da por pagado todo. Sabemos que detrás hay familias. En ese sentido nos enriquece", cuenta Felipe.
Daniella Zunino
A la hora de hablar de emprendimiento, muchos piensan en crear un negocio, pero no es el único camino, y un grupo de estudiantes de la Universidad Central lo ha demostrado. Estos jóvenes crearon el centro de microfinanzas, orientado a apoyar a emprendedores.
Así, en vinculación con el PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) y la Universidad Central, se creó en 2005 este proyecto. Pero ¿en qué consiste este centro? De forma gratuita asesoran en terreno a microempresarios.
Felipe Argandoña (24 años), estudiante de ingeniería comercial, explica la forma en que opera el sistema: "Nuestra labor llega hasta la elaboración de metas y cómo vamos a conseguirlas".
En tanto, su compañero Gonzalo Acevedo (23 años) cuenta que la idea del centro es transformarse en un canal y una oportunidad real para las personas que participan en él.
Desde que nació el centro han asesorado directamente a unos 48 microempresarios. A esto hay que sumar los que reciben algún tipo de "orientación" a través de charlas, con lo que la cifra de beneficiarios supera los 300.
El centro trabaja con voluntarios, que son principalmente estudiantes de ingeniería comercial de la universidad. En la parte más directiva o de administración del centro está, además de Gonzalo y Felipe, Paula Inostroza.
Un tema clave, dicen, es tener en cuenta que se está trabajando con personas que tienen una dignidad. "Cuando nos comprometemos con las personas quiere decir que estamos haciendo un trabajo 100% profesional", afirma Sergio Urrutia, director del Centro de Microempresas.
Pero llevar adelante esta iniciativa no ha sido fácil para estos jóvenes. Por ejemplo, un tema importante es el financiamiento. Explican que los costos ascienden aproximadamente a $2,5 millones al año, pero sería ideal que pudieran disponer del doble, ya que actualmente hay dinero que sale de los propios bolsillos de estos jóvenes.
Pero tan entusiasmados están estos emprendedores con su proyecto, que le dedican muchas horas. Por ejemplo, Gonzalo cuenta que "vengo hasta los sábados para acá. A mi papá no lo veo, a mi polola de repente, y a mis amigos ni hablar".
En todo caso, dicen que todo el esfuerzo ha valido la pena. "El otro día fuimos a visitar a un microempresario que está asesorado, y entonces empiezas a ver los resultados que han tenido y cómo va mejorando esa persona, o sea, lo que conseguimos, eso da por pagado todo. Sabemos que detrás hay familias. En ese sentido nos enriquece", cuenta Felipe.
Daniella Zunino
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