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Paradigmas o ¿Cómo avanza la ciencia?

Es una creencia muy difundida que la ciencia avanza poco a poco, con aportes puntuales, que -- a la larga -- van desechando teorías obsoletas y remplazándolas por otras que también, tarde o temprano, serán desechadas. La verdad no podía ser más diferente.

Tradicionalmente se sostiene que el "método científico" fue establecido por René Descartes en 1636 con la publicación de "El Discurso del Método". La verdad es que incluso antes, hombres como Galileo, y hasta cierto punto da Vinci y Copérnico, por ejemplo, habían puesto en práctica aquello que Descartes sistematizó y redactó con meridiana claridad.

Desde entonces hasta la fecha, la ciencia ha avanzado una enormidad. El conocimiento científico del que disponemos en la actualidad supera la capacidad de cualquier persona, por inteligente que sea, de manejarlo en su totalidad. La tecnología, haciendo uso intensivo de ese conocimiento ha obtenido logros tan impresionantes como Internet, el iPod y la exploración del espacio extraterreno.

Solemos pensar que desde Galielo hasta nuestros días, la ciencia ha progresado poco a poco, con aportes puntuales hechos por un sinnúmero de científicos anónimos, aportes que -- a la larga -- van desechando las teorías obsoletas y remplazándolas por otras que también, tarde o temprano, serán desechadas. Sin embargo, el pensador Thomas Kuhn, en su libro "La Estructura de las revoluciones Científicas" (1962), deja claro que esto no es exactamente así.

El Concepto de Paradigma

Fue Joel Barker quien popularizó la palabra "paradigma" en el vocabulario de nuestros días. Desde que Barker introdujera el término en el mundo de los negocios, dicha palabra ha sido empleada muchas veces de maneras muy diferentes hasta el punto que casi ha perdido su sentido. Otro autor que ha usado mucho esa palabra ha sido el físico Fritjof Capra, quien en sus libros, principalmente en "La Trama de la Vida", "El Punto Crucial" y "El Tao de la Física", la emplea de manera similar a como lo hace Kuhn en "La Estructura de las revoluciones Científicas".

No obstante, la palabra paradigma es realmente antigua. Nos llega de la Grecia clásica y originalmente significaba "ejemplo" o "modelo". Kuhn recuperó el vocablo y le dio una connotación diferente. Para Thomas Kuhn, un paradigma es el fundamento teórico, el conjunto de conocimientos generalmente aceptados, sobre el que se elabora habitualmente el quehacer científico.

En otras palabras, lo normal en ciencias es aceptar un paradigma como válido y no someterlo a prueba, sino que construir sobre él, agregando conocimiento, sin desechar el conocimiento anterior. Este paradigma básico, es el sistema de conocimientos más fundamental, el que se enseña en liceos y universidades y el que está disponible en los denominados "libros de texto" o "manuales". Por su parte, los avances específicos que se van produciendo sobre este paradigma troncal no suelen ser tan difundidos y por lo general quedan relegados a "papers" o publicaciones científicas especializadas, congresos científicos y estudios de post-grado.

Un cosa muy importante de notar ya es que estamos descartando de plano la idea tradicional según la cual "la ciencia avanza remplazando teorías viejas por teorías nuevas que se oponen a las primeras". Como hemos visto, lo normal en ciencia es que eso no sea así. La metáfora de un reptil mudando de piel, desechando una para quedarse con otra nueva y reluciente, no es apropiada. Lo que Kuhn denominaba "la ciencia normal" avanza más bien como una bola de nieve, que va agregando materia a su cuerpo, sin que la materia previa sea desechada, sino que –por el contrario – este fundamento, este núcleo permanece, precisamente en su centro.

El libro de Kuhn sin embargo estableció que hay momentos críticos, situaciones límite, en la historia de la ciencia, en que el viejo paradigma comienza a ser revisado y eventualmente termina siendo desplazado por otro. Un claro ejemplo de ello fue lo que ocurrió durante la primera mitad del siglo XX, cuando el paradigma clásico, de la física denominada newtoniana, fue relegado por la "física moderna" que comenzó con el desarrollo de la mecánica cuántica y que llega hasta nuestros días en la forma de la "teoría de cuerdas".

Nótese que he usado deliberadamente las palabras "desplazar" y "relegar" para referirme al fenómeno que ocurre cuando un paradigma nuevo se impone sobre uno antiguo. En ningún caso he dicho "remplazar" o "abolir", y la razón para ello es que, al igual que ocurre durante el desarrollo de la "ciencia normal", incluso durante un "cambio de paradigma", el conocimiento recabado por el paradigma antiguo no es olvidado ni desechado, sino que – sencillamente – el trabajo de vanguardia, los "papers", los congresos y las tesis de post-grado, van paulatinamente optando por referirse al nuevo cuerpo de conocimientos (el nuevo paradigma) en lugar del que había sido el tradicional.

En otras palabras, en ningún caso el cambio de paradigma debe interpretarse como que el paradigma anterior estaba errado. El hecho que el quehacer científico o que el interés de los investigadores se desplace de una tradición a otra no puede implicar que la tradición original sea incorrecta sino que, generalmente, únicamente en el hecho que el nuevo paradigma permite estudiar situaciones que, dentro del esquema anterior, quedaban fuera de su ámbito de competencia. Por ejemplo, hasta el día de hoy, para construir un puente o un edificio, se sigue empleando la física newtoniana. No tendría sentido emplear mecánica cuántica, porque ello sólo dificultaría los cálculos hasta hacerlos eventualmente insolubles, sin agregar nada valioso a cambio. Por otra parte, para fabricar un rayo laser, no queda alternativa, si no recurro a la mecánica cuántica, sencillamente no podré siquiera concebir su mecanismo de funcionamiento.

Cuando Capra escribió su clásico "El Tao de la Física", se percató que el cambio de paradigma que había ocurrido en esa disciplina científica durante el siglo XX, de alguna manera hacía renacer conceptos e ideas que habían sido planteadas hace milenios y que llegaban a nuestros días a través de la tradición viva de las filosofías orientales: el Hinduismo, el Taoísmo y el Budismo. Más adelante, en "El Punto Crucial", Capra sontendría que ese cambio de paradigma, ese renacimiento de lo oriental, no se remitía sólo al ámbito de la física sino que había afectado transversalmente a todas las ramas de la ciencia e incluso más allá de ésta.

Por su parte, Joel Barker, aplicó estas ideas a la gestión del cambio en el contexto del desarrollo organizacional. Las empresas, al igual que la ciencia, no van desechando el conocimiento que adquirieron durante su historia, sino que sólo van refinándolo y ampliándolo, incluso cuando pasan situaciones límites en que las directrices más fundamentales parecen quedar en tela de juicio.

Luis E. Bastias, atinachile.cl

1 comentario

lukas -

¿porque el conocimiento cientifico avanza? xfavor cntesten