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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

En los divorcios, el "hágalo usted mismo" no siempre es efectivo

Motivados por los crecientes honorarios legales, la escasez de abogados de ayuda legal y una filosofía de "hágalo usted mismo", aproximadamente el 80% de la gente en California se encarga de sus propios divorcios, según funcionarios judiciales.

Cuando Yanic Chan y Vanessa Van se separaron en 1995, no tenían dinero para un abogado. Así que, como miles de otras personas sin recursos, ellos mismos se encargaron de presentar los papeles de divorcio, con la ayuda de un amigo.

En noviembre de 1997, Van se presentó en la corte del contado de Riverside para entrar en un juicio final. "El empleado puso el sello", dijo Van. "Yo le pregunté: '¿Está todo terminado?' Me dijo: 'Sí'".

Chan regresó a su Camboya natal y se volvió a casar. Luego, en 2006, intentó llevar a su nueva esposa a Estados Unidos. Y allí es cuando Van y Chan se llevaron una sorpresa desagradable –una sorpresa que, para los funcionarios judiciales, podría estar esperando a miles de otras parejas de California: su divorcio no está terminado.

Muchos de ellos no están tan divorciados como creen. Algunos, como Chan, incluso son bígamos accidentales, que no sólo llevan esperanzas y sueños a su nuevo matrimonio, sino también un casamiento anterior.

Decenas de miles de personas de alguna manera sospechan que sus divorcios no están concluidos . Pero amilanados por el papelerío complejo y los procedimientos judiciales, e incapaces de pagar los miles de dólares que cobran los abogados, simplemente dejan que sus causas perezcan.

Los funcionarios judiciales en todo el estado de California sospechan que el problema es generalizado. En el condado de Los Angeles, Kathleen Dixon, que dirige los programas de la Suprema Corte para la gente sin representación legal, estima que una tercera parte o más de todas las peticiones de divorcio presentadas en el condado en los últimos años no están terminadas.

Ni el estado ni el condado tienen estadísticas porque no controlan los casos para asegurarse de que estén terminados. Pero la evidencia que tienen los preocupa.

Un juez de la Corte Suprema del condado de Los Angeles, Mark Juhas, descubrió que una tercera parte de los aproximadamente 3.600 casos de dicorcio presentados en 2001 y 2002 y asignados a su juzgado siguen estando abiertos. Algunas de estas parejas pueden haberse reconciliado, pero Juhas sospecha que muchas más están atascadas o incluso pueden pensar que están divorciadas cuando no lo están.

Bonnie Hough es una abogada supervisora del Centro para las Familias, los Chicos y las Cortes, una división de la Oficina Administrativa de las Cortes del Consejo Judicial del estado. Hough analizó un estudio en el condado de Placer en los años 80 que determinaba que el 30% de la gente allí que había presentado una demanda de divorcio no finalizaba el proceso.

En un centro de servicios legales de Van Nuys, las autoridades dicen que allí se presentan 20 personas por mes que creen estar divorciadas cuando no lo están. "Llegan a los gritos", dijo Norma Valencia, una abogada del centro. "Dicen: 'Usted no entiende mi situación. Quiero un divorcio ahora mismo'". Otras se presentan llorando: se volvieron a casar sin un divorcio concluido y tienen miedo de contárselo a sus nuevas parejas.

Mucha gente, dijo Valencia, piensa que el divorcio es como una multa de tránsito y si no se ocupan de ella como corresponde, la corte los buscará y se los hará saber. Pero no funciona así.

Cada vez más, en toda California y Estados Unidos en general, la gente se ocupa de sus propias cuestiones judiciales. En el condado de San Diego, uno de los pocos condados donde existen estadísticas, el 46% de la gente se representaba a sí misma en los divorcios en 1992; para 2000, esa cifra había ascendido al 77%.

Precios altos, pocos abogados

Una razón: los crecientes honorarios de los abogados combinados con la escasez de servicios de ayuda legal para le gente pobre, dijo Richard Zorza, que coordina una red nacional de organización que trabaja en la autorrepresentación.

Otro factor, dijo, es una filosofía de hágalo usted mismo. La gente siente que puede hacer las cosas por sí sola. Pero el sistema legal no está organizado de esta manera. Se supone que debe ser recorrido por abogados. Y la gente sin entrenamiento legal suele cometer errores.

"La gente no hace bien las cosas. No saben cómo hacerlo", dijo Juhas. "Hay ramificaciones legales que hacen que mucha gente siga casada".

Juhas dijo que el problema se le presentó hace unos años, cuando dos personas se presentaron en su juzgado por una cuestión de rutina. Habían presentado una demanda de divorcio unos años antes y, desde entonces, los dos se habían vuelto a casar. Juhas analizó su expediente y luego dijo: "¿Son conscientes de que su juicio nunca ingresó?" En cristiano, eso significa que no estaban divorciados. Afortunadamente para la pareja –y sus nuevos esposos- Juhas finalizó su divorcio sin invalidar su nuevo matrimonio.

Pero lo hizo pensar: ¿Qué pasa con los miles de personas cuyos expedientes siguen abiertos?

Hace unos meses, el juez, uno de los más de 40 que se ocupan de derecho familiar en el condado de Los Angeles, empezó a llamar a unas 100 personas por mes cuyas causas de divorcio habían perecido y les pregunta si necesitan ayuda. Aproximadamente el 10% dice que se reconciliaron, y alrededor del 30% ignora sus llamados. Pero más de la mitad, dijo, quiere divorciarse y necesita ayuda.

Las autoridades judiciales dicen estar estudiando la metodología de Juhas y tal vez la expandan si resulta exitosa. Al mismo tiempo, funcionarios judiciales de Los Angeles y otras ciudades en el estado de California lanzaron programas de autoayuda para que la gente pueda divorciarse. Pero esto ayuda poco a los miles de personas que ya están atascadas en un limbo legal, como Chan y Van.

Cuando creía que su divorcio había concluido en 1997, Chan se casó por segunda vez. Se divorció –correctamente- en 2003, aunque más tarde descubrió que ese matrimonio nunca había sido legalmente válido. Pero eso no fue nada con el problema con que se topó cuando intentó llevar a su tercera esposa a Estados Unidos.

A principios de este año, recibió una notificación del Departamento de Estado norteamericano donde se le exigía una prueba de su divorcio de Van. Presentó los papeles que la corte de Riverside le había dado en 1997. "Me dijeron que el trámite no estaba terminado", dijo Chan. "Me sentí muy molesto. No pude comer por tres días".

Contrató a una abogada, Faith Nouri, que le dijo que un juez había pedido información adicional sobre el régimen de visita de los hijos. Pero Van y Chan dicen nunca haber recibido ninguna notificación de la corte.

En 2001, después de que su caso había permanecido dormido por cinco años, la corte de Riverside lo desechó. Nuevamente, Chan y Van dijeron que nunca los notificaron. Pero ahora no hay una manera sencilla de que un juez los divorcie retroactivamente.

Nouri piensa solicitarle a un juez este mes que deseche la disolución de la causa. Si el juez no lo hace, no se sabe cómo hará Chan para traer a su nueva esposa a Estados Unidos. "Está en un matrimonio bígamo", dijo la abogada. "Habrá que dar muchas explicaciones".


Por Jessica Garrison, Los Angeles Times

1 comentario

jonathan mejia de la luz -

la verdad
mi hermana se fue a los angeles y los putos jediondos policias y personas de EUA que dependen de los mexicanos para tragar la detubieron y no sabemos nada de eya la verdad los odio cuaNDO VEA AUN ESTADOUNIDESNCE LE ESCUPIMOIS LA CARA `POR QUE LOS MEXICABOS SOMOS M EJORE QUE EYOS OK Y MEJOR QUE NO VEAMOS AUN PUTO ESTRANJERO POR QUE SI NO O MATO ATTT, YO