A aprender informática
Instituciones privadas, gobiernos locales y ONG enseñan cibertecnología entre adultos y chicos de bajos recursos.
Una y otra vez se afirma sin titubeos que los chicos tienen mucha facilidad para usar la compu. "Parece que nació con un mouse bajo el brazo", exagera la orgullosa mamá de un nene de 6 años que maneja el ratón con destreza. Pero, ¿cuánto tardan en perder este "don digital" los pibes y pibas que no tienen acceso ni a computadoras ni a Internet?
Organizaciones sin fines de lucro, empresas y el Estado tienen en la mira a quienes, por vivir en zonas rurales o marginales, crecen ajenos a la tecnología digital. Para ellos, se organizan proyectos solidarios que prometen una informática fácil y barata.
La nueva fórmula del éxito parece ser las escuelas que funcionan dentro de la caparazón de organizaciones comunitarias ya consolidadas. En esta línea trabajan, entre otros, la Fundación CDI (www.cdi.org.ar), la Fundación Educando (www.funedu.org.ar) y el programa MiPC (www.programamipc.gov.ar).
La idea es simple. La organización o institución que desea tener un aula informática debe cumplir con ciertos requisitos: tener una fuerte penetración social, personal para dictar clases y un lugar seguro para evitar robos de equipos. La fundación benefactora le dona los equipos, capacita a los docentes e instructores y brinda conexión a Internet.
Un detalle de estas escuelas es que los cursos de capacitación tienen como meta un proyecto. Es decir, los alumnos aprenden a usar la computadora e Internet, por ejemplo, para administrar un microemprendimiento. Las escuela recibe el apoyo de sus benefactores durante un tiempo, luego del cual deben ser autosustentables.
Aulas con ruedas. Si el usuario no va a la computadora, la compu va al usuario. Esta parece ser la nueva máxima que rige la capacitación informática para sectores de bajos recursos: escuelas móviles en micros o trailers.
El primero que se animó fue el municipio de Berazateguí, allá por 2002. Le siguieron la fundación Educando, en 2003, y la Dirección de Educación y Cultura Bonaerense, en 2005.
Otro pilar de la informática solidaria es el equipamiento de escuelas. La Fundación Telefónica, por ejemplo, posee el programa Aulas Interactivas. En él, un grupo de voluntarios instruye a alumnos y docentes en el uso de Internet. Luego, los chicos compiten en certámenes y el ganador consigue para su escuela un aula virtual: 4 PC, impresora, webcam, escáner y banda ancha.
También están los que se dedican a reciclar computadoras en deshuso y donarlas a las escuelas. Es la misión de la fundación Equidad (www.equidad.org), que al tiempo que repara los equipos capacita a técnicos de PC.
1. Pioneros: primera aula informática móvil argentina
Cuando lo jubilaron, este viejo colectivo no soñaba con una segunda vida tan agitada: ser la primera aula móvil informática argentina. Desde 2002, recorre áreas marginales y rurales del extenso municipio de Berazategui dando clases de computación en escuelas sin computadoras ni docentes informáticos.
"Con el aula móvil queremos remediar la falta de capacitación informática que padecen los chicos y jóvenes que viven en zonas de alto riesgo social", dice Ariel López, Secretario de Cultura y Educación de ese municipio. Equipada con cinco PC y una impresora, tres docentes a bordo y un as al volante, el aula móvil capacita a unas mil personas por año. En su mayoría son chicos del EGB pero también hay alumnos de educación media y adultos.
Marta Buján, quien se ocupa de coordinar las paradas de este aula con ruedas, explica que el proyecto Unidad Informática Móvil selecciona cinco escuelas por año. El "bondi digital" estaciona un día de la semana en la puerta de cada una. En el verano, el ex colectivo (ojo, también fue motorhome y teatro de títeres) se usa como centro cultural móvil.
Buján aclara que las escuelas que tienen compus pero no docentes especializados pueden pedir a la municipalidad que les manden sólo profesores, para sacar las PC de las cajas y dictar cursos.
2. Dictan cursos informáticos a pura solidaridad
La fórmula es sencilla y exitosa: se elige una organización de base (escuela, sociedad de fomento, parroquia, hospital u ONG con buena trayectoria) y allí se arma una escuela informática con equipos y horas de capacitación donados por empresas. Esa es la idea que lleva adelante el empresario Hugo Castaneda, fundador de Escuelas CDI en la Argentina.
"El objetivo de las escuelas CDI es enseñar informática al mismo tiempo que se estimula la responsabilidad ciudadana. Los cursos no imparten conocimientos abstractos sino que son parte de un proyecto que estimula el trabajo en equipo y la gestión de emprendimientos", dice Castaneda.
La Fundación CDI se ocupa de poner en marcha la escuela. Con el apoyo de empresas como Microsoft, HP, Petrobas, Intel, Neoris y Cisco, entre otras, se compran compus, conexión a Internet y horas de capacitación docente. Una inversión de 70 mil pesos por escuela.
Luego de tres años, las escuelas deben mantenerse solas. Ya hay 61 en todo el país.
3. Cyberencuentros, el cibercafé de los chicos de la calle
Las computadoras e Internet también pueden ser un anzuelo para rescatar chicos de la calle y zambullirlos en un nuevo proyecto de vida. Esa es la misión del proyecto Cyberencuentros, según Marisa Grahan, Directora de Niñez y Adolescencia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de un cibercafé exclusivo para chicos que viven en la calle.
"Antes una propuesta atractiva para los chicos era un polideportivo o una cancha de fútbol, ahora también hay que pensar en computadoras", explica Grahan. Una encuesta realizada por la municipalidad porteña entre 60 chicos de la calle revela que el 95 por ciento usan la compu e Internet. "Los chicos confesaron que gastan parte de lo que ganan en en los cibercafés, para jugar, chatear, bajar música y usar el e-mail", dice.
Este ciber exclusivo para chicos de entre 6 y 18 años funciona en Boedo. Pronto habrá otro a metros del Obelisco. La idea es completar cinco ciber en 2007. Están equipados con 15 PC y banda ancha.
4. Mi PC puede ser la computadora de muchos otros
Por cada compu que vende el Programa Mi PC, los ensabladores de equipos donan entre 3 y 15 pesos para la creación de Centros de Enseñanza y Acceso (CEA). Estos centros destinados a la capacitación informática de sectores de bajos recursos funcionan dentro de varias organizaciones sociales.
Nora Kristoff, coordinadora de Mi PC, explica que los equipos se entregan en comodato por un año y, vencido ese plazo, se evalua si el CEA merece o no quedarselos en forma definitiva. Ya se inauguraron 21 CEA.
5. Los adultos también estudian sobre ruedas
En sus tres años de vida, el aula móvil de la Fundación Educando lleva recorridos 4.063 kilómetros. Recorrió el sur y centro oeste del país. Y este nuevo año dormirá bajo el cielo de las provincias del norte.
El aula está equipada con 16 PC conectadas en red, impresoras, proyector y reproductor de video y DVD. Allí se dicta, por ejemplo, el curso de Operador de PC. Los alumnos son hombres y mujeres mayores de 17 años, de bajos recursos, que viven en comunidades donde, por distancia o falta de dinero, la tecnología digital es una palabra rara.
La Fundación Educando también dicta cursos de informática en escuelas públicas y privadas. Y, además, dona aulas informáticas completas. Desde 2000, dictó 210 cursos y armó 22 aulas.
6. Cursos y tours para perder el miedo a la compu
"Tenés que ver la carita de sorpresa que ponen algunos pibes cuando suben al aula móvil. Para muchos es la primera vez que ven una computadora". La frase, dicha con sincera emoción en la voz, pertenece a Fernando Palacio, una de las personas que más fuerza le mete al proyecto Trailer Informático, de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.
Este vehículo cuenta con una antena satelital móvil que asegura conectividad con Internet a través de sus 12 computadoras. El soft es libre: Linux, Open Office y otros.
Este trailer hizo su primera parada en enero de 2005, en una escuela de verano de la Plata. Pero cada vez más prefiere estar en la puerta de un colegio rural, donde capacita tanto a alumnos como a docentes. El aula móvil también se instala en ciudades del interior de la provincia. Allí recibe a contingente de chicos de escuelas carenciadas, ansiosos de tocar una computadora y darse una vuelta por la Web.
Mónica García.
Una y otra vez se afirma sin titubeos que los chicos tienen mucha facilidad para usar la compu. "Parece que nació con un mouse bajo el brazo", exagera la orgullosa mamá de un nene de 6 años que maneja el ratón con destreza. Pero, ¿cuánto tardan en perder este "don digital" los pibes y pibas que no tienen acceso ni a computadoras ni a Internet?
Organizaciones sin fines de lucro, empresas y el Estado tienen en la mira a quienes, por vivir en zonas rurales o marginales, crecen ajenos a la tecnología digital. Para ellos, se organizan proyectos solidarios que prometen una informática fácil y barata.
La nueva fórmula del éxito parece ser las escuelas que funcionan dentro de la caparazón de organizaciones comunitarias ya consolidadas. En esta línea trabajan, entre otros, la Fundación CDI (www.cdi.org.ar), la Fundación Educando (www.funedu.org.ar) y el programa MiPC (www.programamipc.gov.ar).
La idea es simple. La organización o institución que desea tener un aula informática debe cumplir con ciertos requisitos: tener una fuerte penetración social, personal para dictar clases y un lugar seguro para evitar robos de equipos. La fundación benefactora le dona los equipos, capacita a los docentes e instructores y brinda conexión a Internet.
Un detalle de estas escuelas es que los cursos de capacitación tienen como meta un proyecto. Es decir, los alumnos aprenden a usar la computadora e Internet, por ejemplo, para administrar un microemprendimiento. Las escuela recibe el apoyo de sus benefactores durante un tiempo, luego del cual deben ser autosustentables.
Aulas con ruedas. Si el usuario no va a la computadora, la compu va al usuario. Esta parece ser la nueva máxima que rige la capacitación informática para sectores de bajos recursos: escuelas móviles en micros o trailers.
El primero que se animó fue el municipio de Berazateguí, allá por 2002. Le siguieron la fundación Educando, en 2003, y la Dirección de Educación y Cultura Bonaerense, en 2005.
Otro pilar de la informática solidaria es el equipamiento de escuelas. La Fundación Telefónica, por ejemplo, posee el programa Aulas Interactivas. En él, un grupo de voluntarios instruye a alumnos y docentes en el uso de Internet. Luego, los chicos compiten en certámenes y el ganador consigue para su escuela un aula virtual: 4 PC, impresora, webcam, escáner y banda ancha.
También están los que se dedican a reciclar computadoras en deshuso y donarlas a las escuelas. Es la misión de la fundación Equidad (www.equidad.org), que al tiempo que repara los equipos capacita a técnicos de PC.
1. Pioneros: primera aula informática móvil argentina
Cuando lo jubilaron, este viejo colectivo no soñaba con una segunda vida tan agitada: ser la primera aula móvil informática argentina. Desde 2002, recorre áreas marginales y rurales del extenso municipio de Berazategui dando clases de computación en escuelas sin computadoras ni docentes informáticos.
"Con el aula móvil queremos remediar la falta de capacitación informática que padecen los chicos y jóvenes que viven en zonas de alto riesgo social", dice Ariel López, Secretario de Cultura y Educación de ese municipio. Equipada con cinco PC y una impresora, tres docentes a bordo y un as al volante, el aula móvil capacita a unas mil personas por año. En su mayoría son chicos del EGB pero también hay alumnos de educación media y adultos.
Marta Buján, quien se ocupa de coordinar las paradas de este aula con ruedas, explica que el proyecto Unidad Informática Móvil selecciona cinco escuelas por año. El "bondi digital" estaciona un día de la semana en la puerta de cada una. En el verano, el ex colectivo (ojo, también fue motorhome y teatro de títeres) se usa como centro cultural móvil.
Buján aclara que las escuelas que tienen compus pero no docentes especializados pueden pedir a la municipalidad que les manden sólo profesores, para sacar las PC de las cajas y dictar cursos.
2. Dictan cursos informáticos a pura solidaridad
La fórmula es sencilla y exitosa: se elige una organización de base (escuela, sociedad de fomento, parroquia, hospital u ONG con buena trayectoria) y allí se arma una escuela informática con equipos y horas de capacitación donados por empresas. Esa es la idea que lleva adelante el empresario Hugo Castaneda, fundador de Escuelas CDI en la Argentina.
"El objetivo de las escuelas CDI es enseñar informática al mismo tiempo que se estimula la responsabilidad ciudadana. Los cursos no imparten conocimientos abstractos sino que son parte de un proyecto que estimula el trabajo en equipo y la gestión de emprendimientos", dice Castaneda.
La Fundación CDI se ocupa de poner en marcha la escuela. Con el apoyo de empresas como Microsoft, HP, Petrobas, Intel, Neoris y Cisco, entre otras, se compran compus, conexión a Internet y horas de capacitación docente. Una inversión de 70 mil pesos por escuela.
Luego de tres años, las escuelas deben mantenerse solas. Ya hay 61 en todo el país.
3. Cyberencuentros, el cibercafé de los chicos de la calle
Las computadoras e Internet también pueden ser un anzuelo para rescatar chicos de la calle y zambullirlos en un nuevo proyecto de vida. Esa es la misión del proyecto Cyberencuentros, según Marisa Grahan, Directora de Niñez y Adolescencia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de un cibercafé exclusivo para chicos que viven en la calle.
"Antes una propuesta atractiva para los chicos era un polideportivo o una cancha de fútbol, ahora también hay que pensar en computadoras", explica Grahan. Una encuesta realizada por la municipalidad porteña entre 60 chicos de la calle revela que el 95 por ciento usan la compu e Internet. "Los chicos confesaron que gastan parte de lo que ganan en en los cibercafés, para jugar, chatear, bajar música y usar el e-mail", dice.
Este ciber exclusivo para chicos de entre 6 y 18 años funciona en Boedo. Pronto habrá otro a metros del Obelisco. La idea es completar cinco ciber en 2007. Están equipados con 15 PC y banda ancha.
4. Mi PC puede ser la computadora de muchos otros
Por cada compu que vende el Programa Mi PC, los ensabladores de equipos donan entre 3 y 15 pesos para la creación de Centros de Enseñanza y Acceso (CEA). Estos centros destinados a la capacitación informática de sectores de bajos recursos funcionan dentro de varias organizaciones sociales.
Nora Kristoff, coordinadora de Mi PC, explica que los equipos se entregan en comodato por un año y, vencido ese plazo, se evalua si el CEA merece o no quedarselos en forma definitiva. Ya se inauguraron 21 CEA.
5. Los adultos también estudian sobre ruedas
En sus tres años de vida, el aula móvil de la Fundación Educando lleva recorridos 4.063 kilómetros. Recorrió el sur y centro oeste del país. Y este nuevo año dormirá bajo el cielo de las provincias del norte.
El aula está equipada con 16 PC conectadas en red, impresoras, proyector y reproductor de video y DVD. Allí se dicta, por ejemplo, el curso de Operador de PC. Los alumnos son hombres y mujeres mayores de 17 años, de bajos recursos, que viven en comunidades donde, por distancia o falta de dinero, la tecnología digital es una palabra rara.
La Fundación Educando también dicta cursos de informática en escuelas públicas y privadas. Y, además, dona aulas informáticas completas. Desde 2000, dictó 210 cursos y armó 22 aulas.
6. Cursos y tours para perder el miedo a la compu
"Tenés que ver la carita de sorpresa que ponen algunos pibes cuando suben al aula móvil. Para muchos es la primera vez que ven una computadora". La frase, dicha con sincera emoción en la voz, pertenece a Fernando Palacio, una de las personas que más fuerza le mete al proyecto Trailer Informático, de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.
Este vehículo cuenta con una antena satelital móvil que asegura conectividad con Internet a través de sus 12 computadoras. El soft es libre: Linux, Open Office y otros.
Este trailer hizo su primera parada en enero de 2005, en una escuela de verano de la Plata. Pero cada vez más prefiere estar en la puerta de un colegio rural, donde capacita tanto a alumnos como a docentes. El aula móvil también se instala en ciudades del interior de la provincia. Allí recibe a contingente de chicos de escuelas carenciadas, ansiosos de tocar una computadora y darse una vuelta por la Web.
Mónica García.
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