Concesiones playeras, un negocio con muchas responsabilidades en Chile
Manejar una playa en el borde costero para poner un quiosco es un negocio de pocos. Además de pagar por la concesión, el empresario debe encargarse de la limpieza y seguridad del frente. El poco interés ha hecho que sean cada vez más los municipios que se hacen cargo de las playas y que algunas no estén en manos de nadie.
Se imagina que para poder vender bebidas, chicles y arrendar quitasoles deba tener una pequeño box de urgencia, un equipo de radio y pagar salvavidas. Ésa es la realidad para quienes piden concesiones en el borde costero, entre la línea de más alta y más baja marea. Para establecer sus quioscos, arrendar tablas de surf o vender en un chiringuito deben pagar por su terreno y encargarse de su frente de playa.
Todos quienes se instalan a la orilla del mar deben pedir el terreno en concesión a la Armada, ya sea en forma permanente por entre uno y hasta 50 años, o de manera temporal, por el verano.
Pero no todos los que concesionan lo hacen por negocio; también piden este derecho organismos sin fines de lucro que pretenden proteger la flora y fauna del borde costero y las municipalidades que quieren cuidar a sus veraneantes.
Para ganar unos pesos
Desde hace 20 años que Juan Cambiaso tiene concesionado el cuarto sector de la playa de Reñaca. "Nuestras obligaciones son tener el lugar ordenado y limpio, tener tres salvavidas en cada sector, con uniforme, picarones tipo Bay Watch, sillas miradores. Además, una sala de enfermería con camilla rígida, botiquín, baños para el público y recolección permanente de basura", explica Cambiaso.
A cambio de todos estos servicios y de un monto anual, que paga en la capitanía de puerto y que prefiere no especificar, Juan Cambiaso tiene derecho a la explotación comercial de su sector. "Tengo una cafetería donde se venden bebidas, helados y papas fritas, bronceadores, pilas; lo que me pidan. Y además arriendo reposeras y quitasoles por $2.000. No crea que nos hacemos millonarios con esto, además dependemos del clima; si hay sol vendemos, y si está feo, no vendemos nada".
Otro tipo de concesiones a privados son las que piden los dueños de condominios que están frente a la playa. En el sector de Cachagua, uno de ellos tiene la concesión por 5 años de una playa de 190 metros de frente. Por la concesión pagan $170.000 semestrales. "Tenemos un kiosco y un chiringuito, y a cambio mantenemos la playa con un salvavidas y un ayudante desde el 15 de diciembre al 15 de marzo. Mantenerla nos cuesta $3 millones al año. Mucho negocio no hacemos", explica el gerente del condominio.
Manejados por municipios
En la ciudad jardín no todas las playas están en manos de privados. Este año la Municipalidad de Viña del Mar solicitó a la Subsecretaría de Marina que le entregue en concesión todas las playas ubicadas en la recta de Las Salinas, para mejorar sus estándares y darle armonía al sector.
Cuando los municipios concesionan es en forma gratuita, al igual que cuando lo hacen organismos sin fines de lucro. Pero en ambos casos ellos no pueden desarrollar actividades lucrativas.
Año a año la Municipalidad de Zapallar concesiona las playas de La Laguna, Cachagua, Las Cujas y Zapallar. "Cada 150 metros ponemos un salvavidas con todo su equipamiento. En Zapallar, además, ponemos bollas, una balsa y un bote a remo. También tenemos sillas en altura y un teléfono celular en cada playa. Igualmente, nos encargamos de la limpieza", explica el administrador municipal de Zapallar, Eliecer Fuenzalida, quien agrega que sólo por concepto de mantención de playas, el municipio gasta entre 8 y 9 millones de pesos en enero y en febrero.
Consultados sobre por qué el municipio concesiona las playas si les sale tan caro, explican que ellos velan por "el derecho de uso público de una playa limpia, sin un exceso de vendedores ambulantes y tranquila", dice Fuenzalida.
En Pucón, aunque se trata de playas de agua dulce, éstas también son concesionadas. En las playas del lago hay tres concesiones definitivas entregadas a privados que tienen kioscos y restaurantes en la playa y el municipio concesiona las siete playas restantes. "Las concesionamos, porque dejarlas sin seguridad sería un peligro para nuestros veraneantes. Ponemos 10 salvavidas y nos encargamos del aseo. El costo es de $9 millones la temporada, más otros $20 millones de implementación de botiquín, boyas, megáfonos, bote de seguridad, torres, banderas y ropa de los salvavidas", explica el encargado de turismo Róbinson Rifo, quien agrega que al municipio llegan ingresos, a través de la capitanía de puerto que hace los cobros, por concepto de carteles de publicidad. "El año pasado fueron unos $15 millones que nos permitieron parte del gasto".
Sin concesión
El interés no es tanto como para que todas las playas de nuestra larga costa estén concesionadas. En Chile existen más de 500 playas habilitadas. Sólo en la V Región hay 176, pero 47 de ellas no están concesionadas; es decir, no cuentan con alguien que pague salvavidas, tenga un botiquín o un sistema de comunicación.
La desprotección se debe a que probablemente éstas no son zonas atractivas para que los privados hagan negocios, y tampoco el municipio se puede hacer cargo de ellas. Aunque no se trata de playas alejadas o poco visitadas, por ejemplo Las Brisas de Santo Domingo, San Pedro en Algarrobo e Higuerillas en Concón, no tienen concesionario, según datos de la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar).
Concesionarios no pueden negar entrada
La Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar) se encarga de las concesiones. "Éstas se entregan a quien lo pida, siempre que el objeto que se le dará a la playa no interfiera con su uso público", dicen en Directemar.
Quien las pide para usufructuar de la playa, es decir para establecer un quiosco, arrendar tumbonas o quitasoles, debe pagar por la concesión una cifra que se calcula por metro cuadrado y que corresponde a entre el 16% y el 50% de la tasación hecha por el Servicio de Impuestos Internos. Son para organismos sin fines de lucro y municipalidades, los que quedan a cargo de la playa pero no pueden lucrar con ellas.
HASTA $800 MIL puede costar mensualmente mantener una playa de 150 metros en el litoral central.
Bernardita Aguirre Pascal
Se imagina que para poder vender bebidas, chicles y arrendar quitasoles deba tener una pequeño box de urgencia, un equipo de radio y pagar salvavidas. Ésa es la realidad para quienes piden concesiones en el borde costero, entre la línea de más alta y más baja marea. Para establecer sus quioscos, arrendar tablas de surf o vender en un chiringuito deben pagar por su terreno y encargarse de su frente de playa.
Todos quienes se instalan a la orilla del mar deben pedir el terreno en concesión a la Armada, ya sea en forma permanente por entre uno y hasta 50 años, o de manera temporal, por el verano.
Pero no todos los que concesionan lo hacen por negocio; también piden este derecho organismos sin fines de lucro que pretenden proteger la flora y fauna del borde costero y las municipalidades que quieren cuidar a sus veraneantes.
Para ganar unos pesos
Desde hace 20 años que Juan Cambiaso tiene concesionado el cuarto sector de la playa de Reñaca. "Nuestras obligaciones son tener el lugar ordenado y limpio, tener tres salvavidas en cada sector, con uniforme, picarones tipo Bay Watch, sillas miradores. Además, una sala de enfermería con camilla rígida, botiquín, baños para el público y recolección permanente de basura", explica Cambiaso.
A cambio de todos estos servicios y de un monto anual, que paga en la capitanía de puerto y que prefiere no especificar, Juan Cambiaso tiene derecho a la explotación comercial de su sector. "Tengo una cafetería donde se venden bebidas, helados y papas fritas, bronceadores, pilas; lo que me pidan. Y además arriendo reposeras y quitasoles por $2.000. No crea que nos hacemos millonarios con esto, además dependemos del clima; si hay sol vendemos, y si está feo, no vendemos nada".
Otro tipo de concesiones a privados son las que piden los dueños de condominios que están frente a la playa. En el sector de Cachagua, uno de ellos tiene la concesión por 5 años de una playa de 190 metros de frente. Por la concesión pagan $170.000 semestrales. "Tenemos un kiosco y un chiringuito, y a cambio mantenemos la playa con un salvavidas y un ayudante desde el 15 de diciembre al 15 de marzo. Mantenerla nos cuesta $3 millones al año. Mucho negocio no hacemos", explica el gerente del condominio.
Manejados por municipios
En la ciudad jardín no todas las playas están en manos de privados. Este año la Municipalidad de Viña del Mar solicitó a la Subsecretaría de Marina que le entregue en concesión todas las playas ubicadas en la recta de Las Salinas, para mejorar sus estándares y darle armonía al sector.
Cuando los municipios concesionan es en forma gratuita, al igual que cuando lo hacen organismos sin fines de lucro. Pero en ambos casos ellos no pueden desarrollar actividades lucrativas.
Año a año la Municipalidad de Zapallar concesiona las playas de La Laguna, Cachagua, Las Cujas y Zapallar. "Cada 150 metros ponemos un salvavidas con todo su equipamiento. En Zapallar, además, ponemos bollas, una balsa y un bote a remo. También tenemos sillas en altura y un teléfono celular en cada playa. Igualmente, nos encargamos de la limpieza", explica el administrador municipal de Zapallar, Eliecer Fuenzalida, quien agrega que sólo por concepto de mantención de playas, el municipio gasta entre 8 y 9 millones de pesos en enero y en febrero.
Consultados sobre por qué el municipio concesiona las playas si les sale tan caro, explican que ellos velan por "el derecho de uso público de una playa limpia, sin un exceso de vendedores ambulantes y tranquila", dice Fuenzalida.
En Pucón, aunque se trata de playas de agua dulce, éstas también son concesionadas. En las playas del lago hay tres concesiones definitivas entregadas a privados que tienen kioscos y restaurantes en la playa y el municipio concesiona las siete playas restantes. "Las concesionamos, porque dejarlas sin seguridad sería un peligro para nuestros veraneantes. Ponemos 10 salvavidas y nos encargamos del aseo. El costo es de $9 millones la temporada, más otros $20 millones de implementación de botiquín, boyas, megáfonos, bote de seguridad, torres, banderas y ropa de los salvavidas", explica el encargado de turismo Róbinson Rifo, quien agrega que al municipio llegan ingresos, a través de la capitanía de puerto que hace los cobros, por concepto de carteles de publicidad. "El año pasado fueron unos $15 millones que nos permitieron parte del gasto".
Sin concesión
El interés no es tanto como para que todas las playas de nuestra larga costa estén concesionadas. En Chile existen más de 500 playas habilitadas. Sólo en la V Región hay 176, pero 47 de ellas no están concesionadas; es decir, no cuentan con alguien que pague salvavidas, tenga un botiquín o un sistema de comunicación.
La desprotección se debe a que probablemente éstas no son zonas atractivas para que los privados hagan negocios, y tampoco el municipio se puede hacer cargo de ellas. Aunque no se trata de playas alejadas o poco visitadas, por ejemplo Las Brisas de Santo Domingo, San Pedro en Algarrobo e Higuerillas en Concón, no tienen concesionario, según datos de la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar).
Concesionarios no pueden negar entrada
La Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar) se encarga de las concesiones. "Éstas se entregan a quien lo pida, siempre que el objeto que se le dará a la playa no interfiera con su uso público", dicen en Directemar.
Quien las pide para usufructuar de la playa, es decir para establecer un quiosco, arrendar tumbonas o quitasoles, debe pagar por la concesión una cifra que se calcula por metro cuadrado y que corresponde a entre el 16% y el 50% de la tasación hecha por el Servicio de Impuestos Internos. Son para organismos sin fines de lucro y municipalidades, los que quedan a cargo de la playa pero no pueden lucrar con ellas.
HASTA $800 MIL puede costar mensualmente mantener una playa de 150 metros en el litoral central.
Bernardita Aguirre Pascal
12 comentarios
Juan -
Nicolás -
Gonzalo -
nicole -
Jose -
cecilia perez -
me gustaria saber con quien hay que hablar para poner un reclamos y pedir que fiscalicen esta concecion y como averiguar cuanto tiempo la va atener este sujeto
Sergio -
EMILIA -
gracias
Alejandra -
Gracias.
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Alejandro -
Cuanto mas o menos cobran los concesionarios por ocupar una parte pequeña de su restaurant?
gracias