Evo celebra su primer año con altos y bajos
En un año el Presidente boliviano ha capitalizado una fuerza de apoyo importante, pero también un fuerte rechazo. Mientras la nacionalización de los hidrocarburos figura como una de sus conquistas, ha debido lidiar con una oposición inquieta y una Constituyente en punto muerto.
Evo Morales apaga mañana su primera velita como Presidente del país más pobre de Sudamérica. La primera de cinco, si no hay alguna catástrofe de por medio. Un año movido en que peleó con la oposición y las regiones; en que nacionalizó los hidrocarburos; en que emprendió su gran Asamblea Constituyente de la que debería salir una nueva Bolivia, pero que está empantanada desde hace cinco meses; también un año en que Bolivia figuró como nunca en el mapa internacional por su cercanía con Hugo Chávez y el alejamiento de EE.UU., y también un año que, pese a las turbulencias, lo deja con más de 60% de popularidad.
Pero por delante se le viene un 2007 complicado, con desafíos e incógnitas. Evitar que las disputas con sus opositores deriven en una espiral de violencia y destrabar la negociación en la Constituyente, son algunas de las tareas con premura. Otro hecho esperado es ver cómo sentirá la población los excedentes de la venta del gas boliviano.
La evolución de la relación con Chile causa expectativas, al igual que el papel de Bolivia en el nuevo mapa latinoamericano con tantos Mandatarios de izquierda, y la influencia que tendrá el Presidente venezolano en las decisiones de Palacio Quemado.
En 2006 se vieron varios "Evos": el que nombró un gabinete con un minero, una empleada doméstica y un canciller sin ningún conocimiento en relaciones diplomáticas; el de la famosa "chompa" a rayas; el que apareció en estampillas; el que no piensa dejar de ser líder cocalero o el que pasó el año nuevo en reunión de gabinete, al que acaba de ratificar para el inicio de su segundo año de mandato.
Este año recién comienza, y en enero próximo habrá que ver cuántos nuevos "Evos" habrá al repasar los últimos 12 meses.
"Compañeros indígenas, por primera vez somos Presidentes".
"Todos los recursos naturales deben pasar a manos del pueblo boliviano".
"Tengo confianza en el pueblo chileno. ¿Hasta cuándo podemos seguir viviendo en enemistad?".
La incógnita sobre las relaciones con Chile
La relación de Morales con Chile no pudo partir mejor. Mañana se cumple un año de la visita de Ricardo Lagos a La Paz, invitado cuando Evo asumió el poder. Después fue el boliviano quien viajó a Chile a la asunción de la Presidenta Michelle Bachelet, y el grito "mar para Bolivia" como nunca sonó fuerte entre los chilenos que recibieron a Evo.
Otro hecho positivo, y que apunta en la mantención de buenas relaciones, es el anuncio de una "agenda sin exclusiones" de 13 puntos que dio a conocer el canciller chileno Alejandro Foxley.
Pero el asunto que ha sido el centro de la centenaria disputa entre ambos países, el acceso boliviano al océano Pacífico, sigue nebuloso. Luego de gestos positivos, como que Morales desistiera de tratar el tema en foros multinacionales y acceder a negociarlo bilateralmente, la situación podría depender de factores internos.
Nadie puede asegurar que las diferencias entre Evo y la oposición, liderada por las combativas regiones, terminen en una fuerte inestabilidad interna, o que hechos como la Asamblea Constituyente continúen entrampados, alborotando a los siempre complejos movimientos sociales, que hasta ahora se han mantenido en general fieles al Presidente.
Si la situación se sale de control, los analistas no descartan que el gobierno caiga en prácticas de administraciones anteriores, como la de Carlos Mesa, quien ante los constantes alzamientos sociales no dudaba en arremeter contra Chile y la demanda marítima, para aliviar la tensión interna.
Por otro lado, también hay otros aspectos a concretarse este año que llaman al optimismo. Como la posibilidad de que el ferrocarril entre Arica y La Paz vuelva a funcionar, facilitando el tránsito de personas y bienes, o que se profundice el acuerdo de complementación económica entre Chile y Bolivia.
El viernes, un nuevo gesto de buena voluntad. La ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, visitó La Paz, y con su par boliviano, Walker San Miguel, aprobaron un plan de trabajo para fortalecer las relaciones entre las FF.AA. de ambos países.
Fuerte oposición de las regiones "autonomistas"
El 54% de votos que obtuvo Evo Morales en las presidenciales de 2005, su mayoría en el Congreso y en la Asamblea Constituyente, dejaron una derecha debilitada. Así, el núcleo duro de las protestas se trasladó a los departamentos, especialmente por las prefecturas (gobernaciones) y organizaciones cívicas, desde donde han surgido las principales y más fuertes voces disidentes.
Liderados por el oriental y poderoso Santa Cruz, y seguidas por Beni, Tarija y Pando, la autonomía respecto del poder central ha sido la bandera de lucha. Bajo el argumento de que "fragmentará territorialmente al país", Evo se opone tenazmente a esta iniciativa.
El prefecto cruceño, Rubén Costas, y el principal líder cívico de esa región, Germán Antelo, han organizado las mayores concentraciones contra el gobierno, para dejarle claro que no cederán fácilmente.
Desde fines del año pasado, los prefectos (gobernadores) de La Paz y, principalmente, Cochabamba se han unido a esta lucha contra el gobierno.
Violencia
De hecho, los enfrentamientos más graves ocurrieron la semana pasada en Cochabamba, cuando adherentes del prefecto Manfred Reyes Villa chocaron con sus detractores, que pedían su renuncia luego de que este planteara la realización de un nuevo referéndum autonómico, después de que en julio pasado los cochabambinos rechazaran una consulta en este sentido.
Resultado: dos muertos, los primeros por razones políticas durante la administración Morales, y más de cien heridos.
Además, a lo largo del año enfrentó huelgas de hambre que sumaron más de 2 mil personas, la ruptura del diálogo entre los prefectos y su gobierno, y el cese temporal de funciones de los senadores opositores.
¿Qué puede esperarse para este año? "La democracia está en peligro, entonces este año la situación de violencia se va a expandir por todo el país; las diferencias con la oposición se van a profundizar cada vez más, al igual que los problemas en el país", opina el perseguido Reyes Villa.
El pantano de la Asamblea Constituyente
Si hay un hueso que le ha salido duro al Presidente Evo Morales, ése ha sido la Asamblea Constituyente, una de sus principales promesas electorales. En esta instancia están depositadas las esperanzas de los bolivianos, quienes confían en que de este órgano de 255 miembros escogidos el 2 de julio, saldrá la nueva Constitución, base de un nuevo Estado y centrada en la mayoritaria población indígena.
Sólo esperanzas. En agosto comenzaron las sesiones, y además de problemas, poco ha salido de ahí. Ya van cinco meses y aún no hay acuerdo sobre cómo aprobar los artículos de la nueva Constitución. La ley de convocatoria estipulaba que debían aprobarse por dos tercios de la Asamblea. Pero el gobierno, que no posee esa cantidad de constituyentes, presiona por que se aprueben por la mitad más uno, lo que les permitiría crear una Carta Magna a su gusto.
¿Callejón sin salida?
"Veo tremendamente difícil que en el plazo estipulado (agosto) esté aprobada la nueva Constitución. Es más, ni siquiera se ve una salida pronta a la disputa por la aprobación", opina Amparo Canedo, directora del diario "La Prensa".
Por su parte, José Antonio Aruquipa, constituyente de Podemos, principal partido de la oposición, estima "que es posible aprobarla, siempre y cuando el oficialismo ponga en práctica un cambio de actitud para dejar de lado el desacato a la ley, la imposición ilegítima".
Así, la Asamblea se convirtió en el símbolo del enfrentamiento entre el gobierno y la oposición.
"El problema de fondo es el proceder del gobierno: busca construir un instrumento político autoritario que pretende destruir los valores, los conceptos y los símbolos de la democracia boliviana", señala Aruquipa.
Hidrocarburos, un logro
Al destacar el mayor acierto de la administración de Evo Morales, hasta sectores de la oposición coinciden con los oficialistas: la nacionalización de los hidrocarburos, decretada por el Presidente el 1 de mayo.
Analistas coinciden en que este proceso es el más importante para fortalecer la economía, favorecido, además, por factores externos positivos.
La nacionalización del gas y del petróleo alcanzó su punto más alto a fines de octubre, con la renegociación de contratos con diez compañías multinacionales, lo que asegura al Estado de Bolivia millonarios ingresos.
Las petroleras aceptaron entregar el 82% de sus ingresos a Bolivia, contra 18% que dejaban hasta ese momento. En concreto, se trata de un ingreso inmediato superior a los US$ 1.100 millones, que llegaría a los US$ 4 mil millones en cuatro años, contra los US$ 500 millones que recibía antes en ese período.
"Todo este proceso ha contribuido a crear una sensación de bienestar en la ciudadanía boliviana", señala el cientista político Carlos Cordero.
Brasil y Argentina
Evo Morales debió mantener otro duro muñequeo con Brasil y Argentina, países que utilizan el gas boliviano en su industria, que difícilmente puedan prescindir de él al corto plazo, y por el cual pagaban un precio muy inferior al del mercado internacional.
Así, en octubre, Morales firmó con su homólogo argentino, Néstor Kirchner, un contrato de compraventa de 27,7 millones de metros cúbicos de gas diarios a Argentina, operación que generará a Bolivia cerca de US$ 50 mil millones de dólares en 20 años.
En cambio, Morales todavía no llega a acuerdo sobre el precio del gas que se vende a Brasil, el mayor comprador de ese recurso a Bolivia.
¿Críticas? La amenaza de fuga de capitales e inversionistas extranjeros, producto de la nacionalización.
Algunas cifras: el PIB creció 4,5% en 2006, las exportaciones se acercaron a los US$ 4 mil millones, la inflación se ha mantenido por debajo del 5%, y el superávit fiscal no se veía desde 1950.
"Es un paso adelante. Eso permite alimentar las esperanzas del pueblo", dijo a AFP el diputado Guillermo Mendoza, de la centroderechista Unidad Nacional. Precisamente, indican lo expertos, ver cómo se beneficiará el 70% de pobres con la bonanza económica es una de las tareas de este año.
Otro reciente anuncio hecho hace poco, y que hay que seguir de cerca, es la nacionalización de la industria minera.
Una medida económica tildada de populista, pero de gran impacto, fue el recorte de los gastos de la administración pública y los salarios del Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Bolivia apareció en el mapa
El 2006 quizás fue el año en que más figuró Bolivia en el concierto internacional por hechos que no fueran presidentes que caen o movimientos desestabilizadores.
El primer año de Evo Morales en el poder fue criticado en algunos sectores por su cercanía con Fidel Castro y Hugo Chávez. La oposición no duda en acusar a Morales de ser un títere del Presidente venezolano, y el acuerdo militar entre ambos países, dado a conocer a mediados de año, alertó a las naciones vecinas.
La primera parada de la gira inicial de Evo como Presidente electo lo llevó el 4 de enero de 2006, precisamente a Caracas, donde dijo sumarse a la lucha por la liberación de Latinoamérica y contra el "imperialismo" emprendida por sus dos colegas.
De ahí la cooperación no ha parado. Con ayuda de Cuba y Venezuela, Morales implantó un programa que apunta a alfabetizar a 1,5 millones de personas, principalmente indígenas. Además, recibió a 2.000 médicos cubanos que fueron enviados a zonas rurales donde más de un millón de personas ha recibido atención gratuita.
En el lado contrario están las fricciones en aumento con Estados Unidos, en desacuerdo con su política de aumentar en más de 66% los cultivos de coca legal en el país. Morales, que todavía es jefe de los sindicatos cocaleros y se opone al narcotráfico, quiere industrializar la hoja de coca.
En diciembre su gobierno anunció que les exigirían visado a los ciudadanos norteamericanos.
Habrá que seguir la actuación del líder cocalero junto al Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, otro que se sumó a la lucha de izquierda.
Evo partió este año sumando nuevos rivales. El viernes, al término de la cumbre del Mercosur en Brasil, acusó al ex Presidente mexicano Vicente Fox de haberlo "humillado" y dijo que hasta ahora su sucesor, Felipe Calderón, no dio señales de querer mejorar las relaciones. Ambos líderes mexicanos también figuran en la larga lista de "enemigos" de Hugo Chávez.
Gaspar Ramirez
Evo Morales apaga mañana su primera velita como Presidente del país más pobre de Sudamérica. La primera de cinco, si no hay alguna catástrofe de por medio. Un año movido en que peleó con la oposición y las regiones; en que nacionalizó los hidrocarburos; en que emprendió su gran Asamblea Constituyente de la que debería salir una nueva Bolivia, pero que está empantanada desde hace cinco meses; también un año en que Bolivia figuró como nunca en el mapa internacional por su cercanía con Hugo Chávez y el alejamiento de EE.UU., y también un año que, pese a las turbulencias, lo deja con más de 60% de popularidad.
Pero por delante se le viene un 2007 complicado, con desafíos e incógnitas. Evitar que las disputas con sus opositores deriven en una espiral de violencia y destrabar la negociación en la Constituyente, son algunas de las tareas con premura. Otro hecho esperado es ver cómo sentirá la población los excedentes de la venta del gas boliviano.
La evolución de la relación con Chile causa expectativas, al igual que el papel de Bolivia en el nuevo mapa latinoamericano con tantos Mandatarios de izquierda, y la influencia que tendrá el Presidente venezolano en las decisiones de Palacio Quemado.
En 2006 se vieron varios "Evos": el que nombró un gabinete con un minero, una empleada doméstica y un canciller sin ningún conocimiento en relaciones diplomáticas; el de la famosa "chompa" a rayas; el que apareció en estampillas; el que no piensa dejar de ser líder cocalero o el que pasó el año nuevo en reunión de gabinete, al que acaba de ratificar para el inicio de su segundo año de mandato.
Este año recién comienza, y en enero próximo habrá que ver cuántos nuevos "Evos" habrá al repasar los últimos 12 meses.
"Compañeros indígenas, por primera vez somos Presidentes".
"Todos los recursos naturales deben pasar a manos del pueblo boliviano".
"Tengo confianza en el pueblo chileno. ¿Hasta cuándo podemos seguir viviendo en enemistad?".
La incógnita sobre las relaciones con Chile
La relación de Morales con Chile no pudo partir mejor. Mañana se cumple un año de la visita de Ricardo Lagos a La Paz, invitado cuando Evo asumió el poder. Después fue el boliviano quien viajó a Chile a la asunción de la Presidenta Michelle Bachelet, y el grito "mar para Bolivia" como nunca sonó fuerte entre los chilenos que recibieron a Evo.
Otro hecho positivo, y que apunta en la mantención de buenas relaciones, es el anuncio de una "agenda sin exclusiones" de 13 puntos que dio a conocer el canciller chileno Alejandro Foxley.
Pero el asunto que ha sido el centro de la centenaria disputa entre ambos países, el acceso boliviano al océano Pacífico, sigue nebuloso. Luego de gestos positivos, como que Morales desistiera de tratar el tema en foros multinacionales y acceder a negociarlo bilateralmente, la situación podría depender de factores internos.
Nadie puede asegurar que las diferencias entre Evo y la oposición, liderada por las combativas regiones, terminen en una fuerte inestabilidad interna, o que hechos como la Asamblea Constituyente continúen entrampados, alborotando a los siempre complejos movimientos sociales, que hasta ahora se han mantenido en general fieles al Presidente.
Si la situación se sale de control, los analistas no descartan que el gobierno caiga en prácticas de administraciones anteriores, como la de Carlos Mesa, quien ante los constantes alzamientos sociales no dudaba en arremeter contra Chile y la demanda marítima, para aliviar la tensión interna.
Por otro lado, también hay otros aspectos a concretarse este año que llaman al optimismo. Como la posibilidad de que el ferrocarril entre Arica y La Paz vuelva a funcionar, facilitando el tránsito de personas y bienes, o que se profundice el acuerdo de complementación económica entre Chile y Bolivia.
El viernes, un nuevo gesto de buena voluntad. La ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, visitó La Paz, y con su par boliviano, Walker San Miguel, aprobaron un plan de trabajo para fortalecer las relaciones entre las FF.AA. de ambos países.
Fuerte oposición de las regiones "autonomistas"
El 54% de votos que obtuvo Evo Morales en las presidenciales de 2005, su mayoría en el Congreso y en la Asamblea Constituyente, dejaron una derecha debilitada. Así, el núcleo duro de las protestas se trasladó a los departamentos, especialmente por las prefecturas (gobernaciones) y organizaciones cívicas, desde donde han surgido las principales y más fuertes voces disidentes.
Liderados por el oriental y poderoso Santa Cruz, y seguidas por Beni, Tarija y Pando, la autonomía respecto del poder central ha sido la bandera de lucha. Bajo el argumento de que "fragmentará territorialmente al país", Evo se opone tenazmente a esta iniciativa.
El prefecto cruceño, Rubén Costas, y el principal líder cívico de esa región, Germán Antelo, han organizado las mayores concentraciones contra el gobierno, para dejarle claro que no cederán fácilmente.
Desde fines del año pasado, los prefectos (gobernadores) de La Paz y, principalmente, Cochabamba se han unido a esta lucha contra el gobierno.
Violencia
De hecho, los enfrentamientos más graves ocurrieron la semana pasada en Cochabamba, cuando adherentes del prefecto Manfred Reyes Villa chocaron con sus detractores, que pedían su renuncia luego de que este planteara la realización de un nuevo referéndum autonómico, después de que en julio pasado los cochabambinos rechazaran una consulta en este sentido.
Resultado: dos muertos, los primeros por razones políticas durante la administración Morales, y más de cien heridos.
Además, a lo largo del año enfrentó huelgas de hambre que sumaron más de 2 mil personas, la ruptura del diálogo entre los prefectos y su gobierno, y el cese temporal de funciones de los senadores opositores.
¿Qué puede esperarse para este año? "La democracia está en peligro, entonces este año la situación de violencia se va a expandir por todo el país; las diferencias con la oposición se van a profundizar cada vez más, al igual que los problemas en el país", opina el perseguido Reyes Villa.
El pantano de la Asamblea Constituyente
Si hay un hueso que le ha salido duro al Presidente Evo Morales, ése ha sido la Asamblea Constituyente, una de sus principales promesas electorales. En esta instancia están depositadas las esperanzas de los bolivianos, quienes confían en que de este órgano de 255 miembros escogidos el 2 de julio, saldrá la nueva Constitución, base de un nuevo Estado y centrada en la mayoritaria población indígena.
Sólo esperanzas. En agosto comenzaron las sesiones, y además de problemas, poco ha salido de ahí. Ya van cinco meses y aún no hay acuerdo sobre cómo aprobar los artículos de la nueva Constitución. La ley de convocatoria estipulaba que debían aprobarse por dos tercios de la Asamblea. Pero el gobierno, que no posee esa cantidad de constituyentes, presiona por que se aprueben por la mitad más uno, lo que les permitiría crear una Carta Magna a su gusto.
¿Callejón sin salida?
"Veo tremendamente difícil que en el plazo estipulado (agosto) esté aprobada la nueva Constitución. Es más, ni siquiera se ve una salida pronta a la disputa por la aprobación", opina Amparo Canedo, directora del diario "La Prensa".
Por su parte, José Antonio Aruquipa, constituyente de Podemos, principal partido de la oposición, estima "que es posible aprobarla, siempre y cuando el oficialismo ponga en práctica un cambio de actitud para dejar de lado el desacato a la ley, la imposición ilegítima".
Así, la Asamblea se convirtió en el símbolo del enfrentamiento entre el gobierno y la oposición.
"El problema de fondo es el proceder del gobierno: busca construir un instrumento político autoritario que pretende destruir los valores, los conceptos y los símbolos de la democracia boliviana", señala Aruquipa.
Hidrocarburos, un logro
Al destacar el mayor acierto de la administración de Evo Morales, hasta sectores de la oposición coinciden con los oficialistas: la nacionalización de los hidrocarburos, decretada por el Presidente el 1 de mayo.
Analistas coinciden en que este proceso es el más importante para fortalecer la economía, favorecido, además, por factores externos positivos.
La nacionalización del gas y del petróleo alcanzó su punto más alto a fines de octubre, con la renegociación de contratos con diez compañías multinacionales, lo que asegura al Estado de Bolivia millonarios ingresos.
Las petroleras aceptaron entregar el 82% de sus ingresos a Bolivia, contra 18% que dejaban hasta ese momento. En concreto, se trata de un ingreso inmediato superior a los US$ 1.100 millones, que llegaría a los US$ 4 mil millones en cuatro años, contra los US$ 500 millones que recibía antes en ese período.
"Todo este proceso ha contribuido a crear una sensación de bienestar en la ciudadanía boliviana", señala el cientista político Carlos Cordero.
Brasil y Argentina
Evo Morales debió mantener otro duro muñequeo con Brasil y Argentina, países que utilizan el gas boliviano en su industria, que difícilmente puedan prescindir de él al corto plazo, y por el cual pagaban un precio muy inferior al del mercado internacional.
Así, en octubre, Morales firmó con su homólogo argentino, Néstor Kirchner, un contrato de compraventa de 27,7 millones de metros cúbicos de gas diarios a Argentina, operación que generará a Bolivia cerca de US$ 50 mil millones de dólares en 20 años.
En cambio, Morales todavía no llega a acuerdo sobre el precio del gas que se vende a Brasil, el mayor comprador de ese recurso a Bolivia.
¿Críticas? La amenaza de fuga de capitales e inversionistas extranjeros, producto de la nacionalización.
Algunas cifras: el PIB creció 4,5% en 2006, las exportaciones se acercaron a los US$ 4 mil millones, la inflación se ha mantenido por debajo del 5%, y el superávit fiscal no se veía desde 1950.
"Es un paso adelante. Eso permite alimentar las esperanzas del pueblo", dijo a AFP el diputado Guillermo Mendoza, de la centroderechista Unidad Nacional. Precisamente, indican lo expertos, ver cómo se beneficiará el 70% de pobres con la bonanza económica es una de las tareas de este año.
Otro reciente anuncio hecho hace poco, y que hay que seguir de cerca, es la nacionalización de la industria minera.
Una medida económica tildada de populista, pero de gran impacto, fue el recorte de los gastos de la administración pública y los salarios del Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Bolivia apareció en el mapa
El 2006 quizás fue el año en que más figuró Bolivia en el concierto internacional por hechos que no fueran presidentes que caen o movimientos desestabilizadores.
El primer año de Evo Morales en el poder fue criticado en algunos sectores por su cercanía con Fidel Castro y Hugo Chávez. La oposición no duda en acusar a Morales de ser un títere del Presidente venezolano, y el acuerdo militar entre ambos países, dado a conocer a mediados de año, alertó a las naciones vecinas.
La primera parada de la gira inicial de Evo como Presidente electo lo llevó el 4 de enero de 2006, precisamente a Caracas, donde dijo sumarse a la lucha por la liberación de Latinoamérica y contra el "imperialismo" emprendida por sus dos colegas.
De ahí la cooperación no ha parado. Con ayuda de Cuba y Venezuela, Morales implantó un programa que apunta a alfabetizar a 1,5 millones de personas, principalmente indígenas. Además, recibió a 2.000 médicos cubanos que fueron enviados a zonas rurales donde más de un millón de personas ha recibido atención gratuita.
En el lado contrario están las fricciones en aumento con Estados Unidos, en desacuerdo con su política de aumentar en más de 66% los cultivos de coca legal en el país. Morales, que todavía es jefe de los sindicatos cocaleros y se opone al narcotráfico, quiere industrializar la hoja de coca.
En diciembre su gobierno anunció que les exigirían visado a los ciudadanos norteamericanos.
Habrá que seguir la actuación del líder cocalero junto al Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, otro que se sumó a la lucha de izquierda.
Evo partió este año sumando nuevos rivales. El viernes, al término de la cumbre del Mercosur en Brasil, acusó al ex Presidente mexicano Vicente Fox de haberlo "humillado" y dijo que hasta ahora su sucesor, Felipe Calderón, no dio señales de querer mejorar las relaciones. Ambos líderes mexicanos también figuran en la larga lista de "enemigos" de Hugo Chávez.
Gaspar Ramirez
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