Cayó la bolsa de Nueva York y los ganadores del día son...
Los huracanes bursátiles siempre dejan una estela de víctimas a su paso. Pero algunos inversionistas son más sabios, o simplemente tienen más suerte, y tras el paso del frente de mal tiempo están en una mejor posición que antes.
Entre los ganadores de la brusca caída bursátil del martes en la Bolsa de Nueva York figura uno de los operadores más conocidos de Wall Street: John Meriwether. Este corredor fue quien comandaba Long Term Capital Management, el fondo de cobertura cuyo colapso en 1998 casi provocó una crisis financiera global.
Ahora está al frente de JWM Partners, un fondo que gestiona US$2.600 millones. Tras el cierre del mercado el martes, este fondo había terminado el día con un alza en su cotización. Según inversionistas, ha generado retornos positivos para todo el mes de febrero. Meriwether, de 59 años, se ha beneficiado de apuestas en el yen y acciones japonesas, además de invertir en bonos del
Tesoro de Estados Unidos, dicen personas que conocen el desempeño de la firma.
Otro ganador fue Greg Lippmann, de Deutsche Bank, que en los últimos meses le ha generado al banco US$250 millones en ganancias de portafolio al apostar en contra de un índice de hipotecas de alto riesgo. Ese índice cayó en más de 7% el martes, aunque en los días posteriores se ha recuperado un poco.
Lippmann, el jefe de la unidad de corretaje de valores financieros respaldados por activos, ha insistido a sus clientes a apostar en contra del valor de bonos hipotecarios que se sostienen en créditos riesgosos, como aquellos que se entregan a gente con un débil historial crediticio.
Esta apuesta funcionará, habría dicho durante una cena realizada en septiembre, según algunos asistentes.
Otro de los ganadores fue Evan Claar, un gestor de un fondo de cobertura. Claar invertió casi un tercio de su portafolio en apuestas de que las acciones bajarían (short selling). El año pasado, su fondo obtuvo un retorno de 18%, pero podría haber sido mejor si no hubiera estado tan expuesto al short selling.
El martes, su estrategia rindió frutos. A medida que la bolsa descendía el martes, su portafolio iba en alza. Nos reivindicamos, dice. Este demuestra la importancia de tener siempre una estrategia de cobertura de riesgos.
En el otro lado de la moneda está gente como Joseph Clark, de 42 años. Siguiendo los acontecimientos del día, estaba en busca de alguna oportunidad de comprar barato. A las 2:58 de la tarde decidió comprar 1.000 acciones de Allegheny Technologies a US$98 por título.
Era una suma bastante elevada en su portafolio de US$750.000. Pero cuando el índice Dow Jones repentinamente cayó 300 puntos en parte debido a un problema pasajero en la forma en que se computa, Clark vio cómo perdía US$1.200 en sólo unos pocos segundos. En un abrir y cerrar de ojos la acción había caído a US$96, así que comencé a vender a pérdida, dice.
Por ahora, varias de las ganancias y pérdidas creadas el martes cuando el Promedio Industrial Dow Jones se desplomó 416 puntos o 3,3%, la caída más grande desde septiembre de 2001 sólo existen sobre el papel. Todavía no se sabe si éstas se materializarán en el mundo real. Pero la habilidad de Meriwether y Lippmann para mantenerse a flote mientras la bolsa se hundía, ilustra cómo algunos de los jugadores más sofisticados han aprendido a sacar provecho de los mayores niveles de riesgo que actualmente existen en el sistema financiero.
Por Susan Pulliam, Randall Smith y Henny Sender - The Wall Street Journal
Entre los ganadores de la brusca caída bursátil del martes en la Bolsa de Nueva York figura uno de los operadores más conocidos de Wall Street: John Meriwether. Este corredor fue quien comandaba Long Term Capital Management, el fondo de cobertura cuyo colapso en 1998 casi provocó una crisis financiera global.
Ahora está al frente de JWM Partners, un fondo que gestiona US$2.600 millones. Tras el cierre del mercado el martes, este fondo había terminado el día con un alza en su cotización. Según inversionistas, ha generado retornos positivos para todo el mes de febrero. Meriwether, de 59 años, se ha beneficiado de apuestas en el yen y acciones japonesas, además de invertir en bonos del
Tesoro de Estados Unidos, dicen personas que conocen el desempeño de la firma.
Otro ganador fue Greg Lippmann, de Deutsche Bank, que en los últimos meses le ha generado al banco US$250 millones en ganancias de portafolio al apostar en contra de un índice de hipotecas de alto riesgo. Ese índice cayó en más de 7% el martes, aunque en los días posteriores se ha recuperado un poco.
Lippmann, el jefe de la unidad de corretaje de valores financieros respaldados por activos, ha insistido a sus clientes a apostar en contra del valor de bonos hipotecarios que se sostienen en créditos riesgosos, como aquellos que se entregan a gente con un débil historial crediticio.
Esta apuesta funcionará, habría dicho durante una cena realizada en septiembre, según algunos asistentes.
Otro de los ganadores fue Evan Claar, un gestor de un fondo de cobertura. Claar invertió casi un tercio de su portafolio en apuestas de que las acciones bajarían (short selling). El año pasado, su fondo obtuvo un retorno de 18%, pero podría haber sido mejor si no hubiera estado tan expuesto al short selling.
El martes, su estrategia rindió frutos. A medida que la bolsa descendía el martes, su portafolio iba en alza. Nos reivindicamos, dice. Este demuestra la importancia de tener siempre una estrategia de cobertura de riesgos.
En el otro lado de la moneda está gente como Joseph Clark, de 42 años. Siguiendo los acontecimientos del día, estaba en busca de alguna oportunidad de comprar barato. A las 2:58 de la tarde decidió comprar 1.000 acciones de Allegheny Technologies a US$98 por título.
Era una suma bastante elevada en su portafolio de US$750.000. Pero cuando el índice Dow Jones repentinamente cayó 300 puntos en parte debido a un problema pasajero en la forma en que se computa, Clark vio cómo perdía US$1.200 en sólo unos pocos segundos. En un abrir y cerrar de ojos la acción había caído a US$96, así que comencé a vender a pérdida, dice.
Por ahora, varias de las ganancias y pérdidas creadas el martes cuando el Promedio Industrial Dow Jones se desplomó 416 puntos o 3,3%, la caída más grande desde septiembre de 2001 sólo existen sobre el papel. Todavía no se sabe si éstas se materializarán en el mundo real. Pero la habilidad de Meriwether y Lippmann para mantenerse a flote mientras la bolsa se hundía, ilustra cómo algunos de los jugadores más sofisticados han aprendido a sacar provecho de los mayores niveles de riesgo que actualmente existen en el sistema financiero.
Por Susan Pulliam, Randall Smith y Henny Sender - The Wall Street Journal
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