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Las células madre adultas ya se usan para reparar corazones debilitados por infartos

Usando células madre extraídas de la propia médula ósea de los pacientes, los investigadores mejoraron la función cardiaca en pacientes que habían sufrido un infarto varios meses, años e incluso décadas antes . La infusión de células madre aumentó la eficiencia del bombeo cardiaco en un 7% en tres meses - una mejoría modesta, pero no obstante significativa para una condición crónica.

Según el estudio aparecido en la New England Journal of Medicine, en un caso, un paciente que había sufrido un infarto 30 años antes presentó una mejoría del 11% después del tratamiento. Los investigadores alemanes también descubrieron indicios tentativos de que los pacientes podían seguir mejorando si se repetían los tratamientos.

"Siempre pensamos que un infarto representa un daño permanente, pero ahora existe la posibilidad de que dicho daño sea reparado," dijo el Dr. Christopher P. Cannon, cardiólogo del Brigham and Women's Hospital de Boston, que no participó en la investigación.

Aunque los científicos no saben con certeza por qué funciona la terapia, los hallazgos son un signo de que los poderes regenerativos de las células madre, elogiados durante mucho tiempo, podrían estar pasando gradualmente del laboratorio a terapias humanas viables.

Otros investigadores han advertido que es demasiado prematuro afirmar que los resultados pueden traducirse en un tratamiento de rutina. "Hay una serie de terapias que llegaron a esta etapa pero que al ser sometidas a ensayos más rigurosos no funcionaron," dijo el Dr. Gregg C. Fonarow, profesor de medicina cardiovascular en UCLA.

Sin embargo, el Dr. Andreas M. Zeiher, jefe del departamento de medicina de la Universidad Johan Wolfgang Goethe de Francfort y autor del estudio, explicó que los resultados preliminares mostraban potenciales estrategias nuevas para tratar dolencias cardíacas crónicas, para las cuales no hay cura.

Las células madre representan uno de los misterios más provocadores de la medicina. En una de sus formas, conocida como células madre embrionarias, son capaces de generar cualquier tipo de tejido en el organismo, pero los científicos no conocen los medios bioquímicos para transformarlas.

Este estudio se centró en el segundo tipo de células, conocidas como células madre de tejido adulto . Las hay de muchos tipos, cada una centrada en regenerar un grupo específico de tejidos para ayudar al organismo a reparar el desgaste normal.

Las células madre de médula ósea se han utilizado durante décadas para regenerar las células sanguíneas e inmunitarias en los enfermos de cáncer. Los experimentos en laboratorio indican que estas células también pueden fabricar músculo cardíaco, vasos sanguíneos, células nerviosas y otros tejidos.

La ventaja de las células madre de médula ósea es que son fáciles de extraer y pueden tomarse de los mismos pacientes que van a tratar, evitando los problemas de rechazo del tejido.

Los problemas cardíacos han sido uno de los principales objetivos de la investigación sobre células madre . En Estados Unidos, una de cada cinco muertes es causada por un ataque cardiaco, que se produce cuando el músculo cardiaco se ve privado de sangre y muere.

Los investigadores alemanes reclutaron 75 pacientes que habían tenido un infarto por lo menos tres meses -- y hasta 30 años -- antes. Ya estaban recibiendo tratamientos con drogas de avanzada, entre otras, beta-bloqueantes y estatinas reductoras del colesterol.

Los científicos extrajeron 50 mililitros de médula ósea de las caderas de los pacientes. Aislaron un caldo celular con células madre y lo infundieron en los pacientes en un lapso de horas. Luego dividieron a los pacientes en tres grupos. Uno recibió las células madre de médula ósea y otro fue tratado con células madre diferentes derivadas de su propia sangre. Un tercer grupo sirvió como control.

Tres meses más tarde, los investigadores probaron la fracción de eyección ventricular izquierda de los pacientes, una medida para saber cuánta sangre oxigenada es bombeada al sistema circulatorio. En las personas sanas, va de 57% a 75%.

Los pacientes en el estudio comenzaron con fracciones de eyección que promediaban 39% a 43%.

En los tratados con células madre de médula ósea la eficiencia de bombeo del corazón aumentó en los tres meses un promedio de 2,9 puntos, o sea, una mejoría de 7%. En el mismo período, los pacientes del grupo de control vieron decaer su eficiencia de bombeo en un 3% y en los tratados con células madre sanguíneas disminuyó un 1%.

Para confirmar sus hallazgos, los investigadores cruzaron los tratamientos y dieron a los pacientes del grupo de control células madre sanguíneas o de médula ósea. Nuevamente, los que recibieron las células madre de médula ósea registraron un aumento de la eficiencia de bombeo.

Los experimentos en laboratorio han mostrado que las células pueden reconstruir células cardiacas dañadas, estimular la formación de nuevos vasos sanguíneos y liberar sustancias químicas que contribuyen al proceso de cura . Algunos médicos no obstante, señalaron que en el estudio falta una información clave: ¿Qué hacían exactamente las células de médula ósea en el corazón?

"No aportan pruebas de que las células madre inyectadas realmente se establecieron en el corazón," escribió Dr. Robert S. Schwartz, subdirector del New England Journal, en un artículo que acompaña al estudio. Y agregó, en una entrevista: "Los médicos deben saber cómo funciona cada tratamiento que dan. Es fundamental."

Los investigadores alemanes también publicaron los resultados de un estudio paralelo según el cual los pacientes que recibieron células de médula ósea dentro de los siete días de haber sufrido un infarto mejoraron la eficiencia de bombeo de sangre en un 11% después de cuatro meses, comparado con el aumento del 6% para los pacientes que recibieron placebo.

En un tercer estudio, realizado por investigadores en Noruega, el método con células madre no aportó ninguna mejoría, pero se trató de una investigación no tan precisa como para detectar los pequeños aumentos en la eficiencia de bombeo señalados por el grupo alemán.

Karen Kaplan y Alan Zarembo, Los Angeles Times, Clarín, traducción de Cristina Sardoy

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