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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

¿Flexiguridad? Puede ser la solución...

Jerome Gautier enfatiza la capacitación de los trabajadores para mantener empleabilidad y dar seguridad en el mercado laboral. En entrevista con el diario La Nación, de Argentina, Jerome Gautier -teórico de la "flexiguridad" y académico de Economía de la Universidad de Reims y de la Escuela Normal Superior de París, en Francia- destaca la aplicación del concepto en Dinamarca y Suecia y el énfasis que éste pone en la capacitación de los trabajadores para mantener su empleabilidad.

-¿Se está aplicando ese modelo de flexiguridad o es sólo un postulado teórico?

"Algunos países como Dinamarca y Suecia han implementado muy bien este nuevo equilibrio. En Dinamarca, hay un mercado laboral muy flexible y dinámico, con bajo nivel de protección del empleo, casi tanto como en Estados Unidos; entre el 25 y el 30% de las personas activas pasa por el desempleo por año, pero, al mismo tiempo, las encuestas muestran que la sensación de seguridad de sus trabajadores es muy alta, mucho más que en Francia o Japón, donde la protección del empleo es mayor".

-¿Qué pasa con las transiciones laborales, características de estos tiempos?

"Una idea clave de la flexiguridad es que ya no se trata de proteger el empleo de por vida, sino las transiciones, por medio de medidas activas. Esto es muy importante, porque una gran tendencia de las sociedades de la OCDE es la individualización y heterogeneidad: ahora se debe tratar a cada persona sobre una base individual y se le debe acompañar como un individuo durante el ciclo profesional; es una visión más dinámica, más longitudinal, de acompañar a la persona en las transiciones entre un empleo y otro".

"De este modo, los mercados transicionales aparecen como posiciones alrededor del empleo, donde el individuo pueda desarrollarse mientras permanece fuera del mercado".

-¿El énfasis en este modelo está puesto en la capacitación?

"Antes, la prioridad era mantener el empleo; ahora, es mantener la empleabilidad. Ésta es la mejor medida para ofrecer seguridad en el mercado laboral, y se consigue con capacitación".

"En los países de la OCDE, con el progreso técnico y los cambios laborales, hubo un aumento fuerte del trabajo calificado, y ahora -por ejemplo, en Francia- hubo un esfuerzo muy grande por aumentar el nivel de capacitación y educación de los jóvenes".

"A principios de los años 80, sólo el 30% de los jóvenes que salían del sistema de formación tenía el bachillerato; ahora es el 60%. En la industria automotriz, por ejemplo, en las grandes empresas, casi todos los obreros tienen el bachillerato, mientras que 20 años antes se podía entrar a estas compañías sin ningún diploma".

-¿Cómo debe ser esta capacitación? ¿Se le da prioridad a la formación general?

"Antes, los obreros entraban sin ningún diploma y después tenían una formación por la práctica; era lo que se llamaba capital humano específico, que no se podía transferir a otra empresa".

"Hubo estudios muy interesantes, que muestran que si uno no ha alcanzado un buen grado de educación inicial, después es muy difícil compensar este déficit. Hoy, nuestras economías necesitan más capital humano general, lo que se adquiere en el sistema de educación inicial, pero también en el sistema de formación continua, profesional".

Cambios estructurales

El académico opina que al analizar las crisis del modelo de producción "fordista" -o en serie-, no hay que considerar sólo la caída de la estructura de pleno empleo, sino también el cambio operado en la esfera privada. Según Gautier, "se ha insistido mucho en los aspectos económicos: la globalización, el progreso técnico, los cambios laborales, pero no en los cambios sociales. lo que pasó con las familias, el aumento de los divorcios, de los hogares monoparentales; y eso es muy importante, porque cuando se mira a la pobreza, por ejemplo en los países de la OCDE, está muy concentrada en estas familias".

Remitiendo a la dimensión familiar del fenómeno, el profesor de Economía opina que es inexacto afirmar que hubo pleno empleo en los llamados "mejores años", porque "eran pocas las mujeres que desarrollaban actividad laboral, y había un equilibrio entre el hombre que trabajaba y la mujer e hijos dependientes".
El Mercurio

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