Emprender en Venezuela: experiencia de empresarios chilenos.
En bancos, telecomunicaciones, cerámica, grifería, papeles murales, casas prefabricadas, editoriales y comercio, han puesto su dinero los chilenos que invierten en Venezuela.
Hoy hay 27.106 chilenos viviendo allá, según las últimas cifras de INE-Dicoex. De ellos algunos formaron empresa, la mayoría en los '70, otros están comenzando y también hay en retirada, como CorpBanca que en octubre vendió su filial en este país, tras diez años de operaciones.
Grandes participaciones en el mercado venezolano tienen las empresas Masisa y Cisa, esta última del grupo Briones, propietarios de Ven Cerámica que tiene un 60% del mercado de la cerámica y porcelana sanitaria del país. Y hay quienes están en proceso de ingreso al mercado caribeño como Enap.
De todos modos, en ProChile Venezuela aclaran que las nuevas inversiones chilenas son pocas en este país porque a pesar de que allá las utilidades son altas, el riesgo del negocio también lo es. Sobre todo en un país donde las reglas son cambiantes, hay control del tipo de cambio y está limitada la cantidad de dólares que se puede manejar, sólo US$ 4 mil anuales con tarjeta de crédito y donde, por ejemplo, para importar una maquinaria fuera hay que esperar un año y medio de trámites.
En este reportaje, empresarios chilenos explican cómo se las baten para llevar sus negocios adelante en la Venezuela de Hugo Chávez.
Miro Popic y su editorial: "Preferimos consolidarnos y esperar el futuro"
El periodista chileno Miro Popic llegó en 1975 a Venezuela, y en 1992 montó la editorial que lleva su nombre.
Cuando llegó contó con el apoyo de periodistas venezolanos, quienes lo invitaron a escribir en los periódicos de Caracas y a hacer clases en la universidad Simón Rodríguez.
"En 1992, junto a mi señora partimos con la editorial. En esos años se requería de poco dinero, pero una buena idea, y nosotros la teníamos, porque vimos un nicho que no estaba satisfecho, que fue el de las guías".
Miro Popic llevaba 20 años escribiendo en distintos periódicos de gastronomía, así que se arriesgó con una guía gastronómica que en sus primeros años vendía 12 mil ejemplares. Hoy vende entre 35 mil y 50 mil al año de distintas guías gastronómicas, turísticas, mapas carreteros y planos de ciudades.
"Me quedé en Venezuela, porque me enamoré. Cuando llegamos, la gente fue muy amable, nos recibieron con los brazos abiertos, nos dieron trabajo. Éste es un país próspero que nos dio muchas posibilidades de desarrollarnos", recuerda Miro Popic.
Eso sí, recuerda que su editorial creció explosivamente en sus primeros diez años, pero que con la llegada de Hugo Chávez al gobierno, dejó de hacerlo.
"Desde el año 2000 no hemos crecido, no estamos en condiciones de dar un salto, preferimos no notarnos demasiado, decidimos quedarnos en lo que estamos y consolidarnos, a la espera de ver lo que va a pasar con el futuro".
Hoy Miro Popic se siente tranquilo con su empresa, porque su principal activo es su credibilidad. "Nosotros no contratamos con el Estado, pero de todas maneras el 80% del país depende del petróleo que es manejado por el Estado. Finalmente todos dependemos de ellos; si el precio cae, disminuyen los ingresos del país y de sus empresas, y éstas dejan de invertir en la publicidad de mis guías", explica Popic.
Según él, el futuro político es incierto, por la conflictividad social dada por la pobreza, y en lo económico el futuro será positivo mientras se mantenga el precio del petróleo.
Carlos Bitar y Colomural: "Hay dinero para dar créditos a la industria"
Carlos Bitar llegó a Venezuela en 1976, venía recién graduado como ingeniero químico de la Universidad de Chile. Su hermano Lorenzo había montado la fábrica "Colomural", dedicada a la fabricación de papel mural, un año antes, y con él siguió el negocio.
"Los primeros años fueron de un crecimiento muy rápido, un país muy rico, con un gran mercado interno. Teníamos cinco fábricas y manejábamos entre el 50 y el 60 por ciento del mercado". Todo iba viento en popa, hasta que en los '80 el mercado del papel mural comenzó a pasar de moda.
Confiado en el mercado venezolano, Bitar se reorientó a la producción de empaques flexibles para la industria farmacéutica y láctea.
"El trabajo en Venezuela nunca ha sido fácil, el cambio de las reglas es una costumbre. Hay que estar ajustándose a ello permanentemente, con este gobierno y con los anteriores", explica Carlos Bitar.
Los primeros dos años de Chávez, en Colomural fueron tiempo de espera. "Estuvimos muy pendientes de cómo se iba a desarrollar la situación. En Colomural fue un tiempo sin inversión. Pasados los dos años no vimos comunismo, no vimos que los temores fueran a convertirse en una realidad".
La experiencia chilena sirvió, el proceso con Allende fue muy rápido, acá no era igual, el venezolano es diferente al chileno y era también otra época. Dedujimos que nada grave iba a suceder en Venezuela, así que decidimos acelerar otra vez".
Mientras muchos empresarios siguieron preocupados y cerraron sus plantas, Colomural empezó a comprar maquinaria y a crecer, aumentando producción y nuevas líneas de productos. Los últimos cinco o seis años han sido los de mayor inversión en Colomural.
"La reelección de Chávez no cambiará la situación, el país ha tenido y creo que mantendrá un alto ingreso petrolero. El gobierno dispone de una cantidad importante de dinero para otorgar créditos a la industria. Ha rebajado los aranceles para la importación de maquinaria. El mercado interno ha crecido. Estimo que la tendencia seguirá igual, aunque las relaciones del gobieno con el sector privado, dañadas por situaciones políticas, no han mejorado lo suficiente. Ésa es de las tareas pendientes para un futuro próximo, en beneficio de ambos".
Guillermo Leiva y Grecosur: Casas para Venezuela
Grecosur, empresa de ingeniería de sistemas constructivos, se está dedicando a vender viviendas sociales prefabricadas chilenas en Venezuela.
Guillermo Leiva llegó hace un par de años para explorar el mercado "porque Venezuela es un país con mucha regulación y burocracia", pero a la vez con "grandes recursos económicos, grandes requerimientos en el campo social y un plan de construcción, por parte del gobierno, de cien mil viviendas sociales anuales".
Ya vendieron 20 viviendas sociales al Ministerio de Economía Popular, que desarrolla pequeños pueblos donde están asentadas las cooperativas agrícolas. Pero su desafío es asociarse con empresas privadas venezolanas que puedan implementar su tecnología.
"Hemos tenido una buena acogida porque el producto chileno es bien valorado y hemos logrado consitar el interés del gobierno venezolano, nos hemos hecho un espacio en el proyecto de Chávez de las cien mil viviendas anuales. El futuro es auspicioso".
Pero Guillermo cree que Chile debe hacer un esfuerzo por mejorar su relación con Venezuela. "Tiene que haber un nivel de acuerdo que permita ampliar nuestras relaciones comerciales".
Víctor Medina y sus tiendas: El rey del comercio en isla Margarita
En 1971, Víctor Medina salió de Chile porque aquí no tenía posibilidades de entrar a la universidad ni de encontrar un trabajo estable. Partió vendiendo en tiendas en Venezuela y hoy tiene una cadena de seis locales de productos importados en isla Margarita.
"Llegué a Caracas a casa de una tía y a los seis meses me dieron mi visa de residente y empecé a trabajar en una tienda vendiendo ropa".
En 1974, Víctor fue trasladado a isla Margarita, puerto libre, donde se especializó en la importación de productos, conocimiento que aprovechó para en 1988 inaugurar su primer negocio: Novedades Sabrina.
Bijouterie, joyas, accesorios, carteras y bolsos playeros fueron sus primeros productos. Luego abrieron una juguetería en un centro comercial, siguieron con dos tiendas exclusiva de Betty Bop y otra de Adidas.
"Veo el futuro con tranquilidad porque Venezuela tiene un poder económico muy grande y en base a eso se pueden solucionar todos los problemas que se puedan presentar".
"La inestabilidad terminó el fin de semana, el país viene surgiendo. Hugo Chávez logró controlar los intereses de la banca que venía usurpándonos. Yo durante muchos años estuve pagando intereses de 90% en la época de Caldera y de Carlos Andrés Pérez y ahora con el presidente Chávez, que ha sido reelecto, controló una tasa máxima de 28%. Veo el futuro con optimismo, en el fondo cuando comparo Venezuela con otros países me siento mucho mejor", dice Medina.
Bernardita Aguirre Pascal
Hoy hay 27.106 chilenos viviendo allá, según las últimas cifras de INE-Dicoex. De ellos algunos formaron empresa, la mayoría en los '70, otros están comenzando y también hay en retirada, como CorpBanca que en octubre vendió su filial en este país, tras diez años de operaciones.
Grandes participaciones en el mercado venezolano tienen las empresas Masisa y Cisa, esta última del grupo Briones, propietarios de Ven Cerámica que tiene un 60% del mercado de la cerámica y porcelana sanitaria del país. Y hay quienes están en proceso de ingreso al mercado caribeño como Enap.
De todos modos, en ProChile Venezuela aclaran que las nuevas inversiones chilenas son pocas en este país porque a pesar de que allá las utilidades son altas, el riesgo del negocio también lo es. Sobre todo en un país donde las reglas son cambiantes, hay control del tipo de cambio y está limitada la cantidad de dólares que se puede manejar, sólo US$ 4 mil anuales con tarjeta de crédito y donde, por ejemplo, para importar una maquinaria fuera hay que esperar un año y medio de trámites.
En este reportaje, empresarios chilenos explican cómo se las baten para llevar sus negocios adelante en la Venezuela de Hugo Chávez.
Miro Popic y su editorial: "Preferimos consolidarnos y esperar el futuro"
El periodista chileno Miro Popic llegó en 1975 a Venezuela, y en 1992 montó la editorial que lleva su nombre.
Cuando llegó contó con el apoyo de periodistas venezolanos, quienes lo invitaron a escribir en los periódicos de Caracas y a hacer clases en la universidad Simón Rodríguez.
"En 1992, junto a mi señora partimos con la editorial. En esos años se requería de poco dinero, pero una buena idea, y nosotros la teníamos, porque vimos un nicho que no estaba satisfecho, que fue el de las guías".
Miro Popic llevaba 20 años escribiendo en distintos periódicos de gastronomía, así que se arriesgó con una guía gastronómica que en sus primeros años vendía 12 mil ejemplares. Hoy vende entre 35 mil y 50 mil al año de distintas guías gastronómicas, turísticas, mapas carreteros y planos de ciudades.
"Me quedé en Venezuela, porque me enamoré. Cuando llegamos, la gente fue muy amable, nos recibieron con los brazos abiertos, nos dieron trabajo. Éste es un país próspero que nos dio muchas posibilidades de desarrollarnos", recuerda Miro Popic.
Eso sí, recuerda que su editorial creció explosivamente en sus primeros diez años, pero que con la llegada de Hugo Chávez al gobierno, dejó de hacerlo.
"Desde el año 2000 no hemos crecido, no estamos en condiciones de dar un salto, preferimos no notarnos demasiado, decidimos quedarnos en lo que estamos y consolidarnos, a la espera de ver lo que va a pasar con el futuro".
Hoy Miro Popic se siente tranquilo con su empresa, porque su principal activo es su credibilidad. "Nosotros no contratamos con el Estado, pero de todas maneras el 80% del país depende del petróleo que es manejado por el Estado. Finalmente todos dependemos de ellos; si el precio cae, disminuyen los ingresos del país y de sus empresas, y éstas dejan de invertir en la publicidad de mis guías", explica Popic.
Según él, el futuro político es incierto, por la conflictividad social dada por la pobreza, y en lo económico el futuro será positivo mientras se mantenga el precio del petróleo.
Carlos Bitar y Colomural: "Hay dinero para dar créditos a la industria"
Carlos Bitar llegó a Venezuela en 1976, venía recién graduado como ingeniero químico de la Universidad de Chile. Su hermano Lorenzo había montado la fábrica "Colomural", dedicada a la fabricación de papel mural, un año antes, y con él siguió el negocio.
"Los primeros años fueron de un crecimiento muy rápido, un país muy rico, con un gran mercado interno. Teníamos cinco fábricas y manejábamos entre el 50 y el 60 por ciento del mercado". Todo iba viento en popa, hasta que en los '80 el mercado del papel mural comenzó a pasar de moda.
Confiado en el mercado venezolano, Bitar se reorientó a la producción de empaques flexibles para la industria farmacéutica y láctea.
"El trabajo en Venezuela nunca ha sido fácil, el cambio de las reglas es una costumbre. Hay que estar ajustándose a ello permanentemente, con este gobierno y con los anteriores", explica Carlos Bitar.
Los primeros dos años de Chávez, en Colomural fueron tiempo de espera. "Estuvimos muy pendientes de cómo se iba a desarrollar la situación. En Colomural fue un tiempo sin inversión. Pasados los dos años no vimos comunismo, no vimos que los temores fueran a convertirse en una realidad".
La experiencia chilena sirvió, el proceso con Allende fue muy rápido, acá no era igual, el venezolano es diferente al chileno y era también otra época. Dedujimos que nada grave iba a suceder en Venezuela, así que decidimos acelerar otra vez".
Mientras muchos empresarios siguieron preocupados y cerraron sus plantas, Colomural empezó a comprar maquinaria y a crecer, aumentando producción y nuevas líneas de productos. Los últimos cinco o seis años han sido los de mayor inversión en Colomural.
"La reelección de Chávez no cambiará la situación, el país ha tenido y creo que mantendrá un alto ingreso petrolero. El gobierno dispone de una cantidad importante de dinero para otorgar créditos a la industria. Ha rebajado los aranceles para la importación de maquinaria. El mercado interno ha crecido. Estimo que la tendencia seguirá igual, aunque las relaciones del gobieno con el sector privado, dañadas por situaciones políticas, no han mejorado lo suficiente. Ésa es de las tareas pendientes para un futuro próximo, en beneficio de ambos".
Guillermo Leiva y Grecosur: Casas para Venezuela
Grecosur, empresa de ingeniería de sistemas constructivos, se está dedicando a vender viviendas sociales prefabricadas chilenas en Venezuela.
Guillermo Leiva llegó hace un par de años para explorar el mercado "porque Venezuela es un país con mucha regulación y burocracia", pero a la vez con "grandes recursos económicos, grandes requerimientos en el campo social y un plan de construcción, por parte del gobierno, de cien mil viviendas sociales anuales".
Ya vendieron 20 viviendas sociales al Ministerio de Economía Popular, que desarrolla pequeños pueblos donde están asentadas las cooperativas agrícolas. Pero su desafío es asociarse con empresas privadas venezolanas que puedan implementar su tecnología.
"Hemos tenido una buena acogida porque el producto chileno es bien valorado y hemos logrado consitar el interés del gobierno venezolano, nos hemos hecho un espacio en el proyecto de Chávez de las cien mil viviendas anuales. El futuro es auspicioso".
Pero Guillermo cree que Chile debe hacer un esfuerzo por mejorar su relación con Venezuela. "Tiene que haber un nivel de acuerdo que permita ampliar nuestras relaciones comerciales".
Víctor Medina y sus tiendas: El rey del comercio en isla Margarita
En 1971, Víctor Medina salió de Chile porque aquí no tenía posibilidades de entrar a la universidad ni de encontrar un trabajo estable. Partió vendiendo en tiendas en Venezuela y hoy tiene una cadena de seis locales de productos importados en isla Margarita.
"Llegué a Caracas a casa de una tía y a los seis meses me dieron mi visa de residente y empecé a trabajar en una tienda vendiendo ropa".
En 1974, Víctor fue trasladado a isla Margarita, puerto libre, donde se especializó en la importación de productos, conocimiento que aprovechó para en 1988 inaugurar su primer negocio: Novedades Sabrina.
Bijouterie, joyas, accesorios, carteras y bolsos playeros fueron sus primeros productos. Luego abrieron una juguetería en un centro comercial, siguieron con dos tiendas exclusiva de Betty Bop y otra de Adidas.
"Veo el futuro con tranquilidad porque Venezuela tiene un poder económico muy grande y en base a eso se pueden solucionar todos los problemas que se puedan presentar".
"La inestabilidad terminó el fin de semana, el país viene surgiendo. Hugo Chávez logró controlar los intereses de la banca que venía usurpándonos. Yo durante muchos años estuve pagando intereses de 90% en la época de Caldera y de Carlos Andrés Pérez y ahora con el presidente Chávez, que ha sido reelecto, controló una tasa máxima de 28%. Veo el futuro con optimismo, en el fondo cuando comparo Venezuela con otros países me siento mucho mejor", dice Medina.
Bernardita Aguirre Pascal
1 comentario
Jesús Andonegui -
Los feclicito por esta inicitiva.