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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Lecciones tempranas que formaron ejecutivos exitosos

Hombres como Warren Buffet reconocen que entrar a edades tempranas al mundo de los negocios tiene ventajas.

Muchos presidentes ejecutivos que han alcanzado la cima de la escalera corporativa aseguran que entrar al mundo de los negocios a una edad temprana les dio su primera ventaja.

Mientras muchos de sus compañeros socializaban, ellos estaban trabajando, ganando dinero y aprendiendo lecciones de gestión que todavía utilizan. Warren Buffett, el presidente ejecutivo del holding estadounidense Berkshire Hathaway, obtuvo sus primeras ganancias revendiendo botellas de gaseosa cuando tenía sólo seis años y ganó cerca de US$5.000 repartiendo periódicos durante la secundaria, los cuales invirtió.

Cuando todavía iba a la escuela, el presidente ejecutivo de Apple Inc., Steve Jobs, consiguió un trabajo en Hewlett- Packard Co. Allí conoció a Steve Wozniak, con quien años después diseñaría la primera computadora Apple.

Bill McDermott, presidente ejecutivo de SAP Américas, la unidad para todo el continente americano de la alemana de software SAP AG, coordinó varios trabajos simultáneos durante su adolescencia.

“A veces la gente me pregunta cómo puedo hacer todo lo que hago ahora”, dice McDermott, quien hace dos semanas recorrió Estados Unidos dos veces, trabajando cerca de 80 horas. “Les digo que no es tan duro como lo que hacía en la secundaria, cuando trabajaba 40 horas después de clases y los fines de semana y tenía que estar de pie todo el tiempo”.

A los 16 años, McDermott comenzó a trabajar en un delicatessen, sirviendo comida a cerca de 400 clientes al día. Este trabajo lo educó en el diseño de acuerdos, marketing, estrategias de ventas y servicio al cliente, áreas en las que se destaca en SAP. Un año después compró el establecimiento.

Su madre trabajaba el turno de día mientras él iba a la escuela y la sustituía con amigos después de las clases. Su padre y hermano también echaban una mano de vez en cuando. El lugar se volvió tan rentable que McDermott pagó los costos de su educación universitaria con las ganancias.

En SAP Américas, donde fue reclutado en 2002 como el quinto presidente ejecutivo contratado en cinco años, McDermott, un hombre alto y bien arreglado de 45 años, implementó las estrategias que había aprendido en el delicatessen. Cambió al equipo de alta gerencia, dividió a los clientes en grupos diferentes, en función de su tamaño, industria, ubicación y necesidades, y asignó a equipos de empleados para que pasaran más tiempo con ellos. También se asoció con compañías como Accenture e IBM, las cuales instalan y ayudan a los clientes a usar el software de SAP.

“Ya sea un delicatessen o SAP, siempre hay que diferenciar y servir al cliente para que quiera seguir viniendo”, dice.

El resultado: SAP Américas, que estaba rezagada en el mercado estadounidense, ha triplicado su participación en los últimos cuatro años, quitándole clientes a su rival Oracle y generando un crecimiento de dos dígitos en los ingresos.

Otros líderes de empresas admiten que fueron presionados por sus padres para que buscaran su primer empleo. Ése fue el caso de Michael Critelli, presidente ejecutivo del proveedor de servicios de correo estadounidense Pitney Bowes. Su madre le dijo que saliera a ganar algo de dinero en vez de quedarse ocioso en la casa.

Critelli trabajó primero como lavaplatos en una panadería en Nueva York. Su jefe le gritaba cada vez que botaba una hoja de papel de envolver. “Me decía, ‘dele la vuelta y use el otro lado. Esto es dinero en el banco’”, recuerda Critelli.

Entonces pensaba que su jefe era un tacaño, pero años después adoptó una estrategia similar. “Estábamos dejando un montón de dinero sobre la mesa en nuestra unidad de servicios financieros
al no cobrar suficiente por nuestras tarifas de retraso”, afirma.

“Las pequeñas cantidades pueden llegar a sumar millones al año”.
Lavar platos era una labor engorrosa, pero Critelli y sus dos compañeros encontraron formas de hacer el trabajo de manera más eficiente a la vez que la pasaban bien. Critelli dice que aprendió a “buscar rasgos de emprendimiento en la gente que contrato, personas que se dan cuenta de cómo hacer mejor el trabajo, y que se divierten haciéndolo”.

POR CAROL HYMOWITZ - THE WALL STREET JOURNAL

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