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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Veteranos y poca novedad

La Cámara de Representantes de Estados Unidos será manejada por demócratas de otros tiempos. Si usted cree que el triunfo de los demócratas en la Cámara de Representantes traerá aire fresco y caras nuevas para empujar a la bien pulida agenda, piénselo nuevamente.

A diferencia del comienzo del período de los republicanos, quienes entraron como una tormenta al poder en 1994 con su "Contrato con Estados Unidos", la nueva Cámara será manejada por veteranos del Congreso con pocos planes coherentes.

Nancy Pelosi, la vocera, ha acordado respetar la vieja costumbre de designar al presidente del comité por su edad (una tradición que por estos días es ignorada por los republicanos). Como resultado, siete de los 19 hombres que probablemente serán parte del Comité tienen más de 70 años. John Dingell, por ejemplo, quien va a dirigir el Comité de Energía y Comercio, ha sido parte del Congreso por 51 años.

Los republicanos se han encargado de divulgar historias bastante terroríficas sobre estos caballos de guerra, mostrándolos como unos frenéticos liberales que no están sensibilizados con la mayoría de los norteamericanos. De hecho, su foco será el escrutinio tanto como la política.

Con décadas de experiencia vigilando la Casa Blanca, entre ellos estos dinosaurios y presidentes de los comités (y son principalmente hombres: el número de comités con presidencia de mujeres subirá de cero a tres) de lo que más se preocuparán será de "transportar al fuego" al equipo de Bush.

Henry Waxman, quien está designado como cabeza del Comité de Reforma de la Casa de Gobierno, tiene una formidable reputación por encontrar lo malo que está haciendo el gobierno. Dingell es famoso por los "Dingellagramas", un gran número de fieras reprimendas enviadas a las agencias de gobierno, desde su período anterior como presidente del Comité. Nuevamente se espera lo mismo.

Menos claro está si Pelosi y sus generales son capaces de empujar una agenda propia coherente. Oficialmente, esa agenda existe. El equivalente demócrata del "Contrato con Estados Unidos" es un panfleto de 31 páginas llamado "Una nueva dirección para Estados Unidos", creado con fines de campaña para "Seis para 06", un plan de acción prolongado que Pelosi pretende ratificar durante las 100 primeras horas después de convertirse en vocera. Desafortunadamente, esta "agenda" es poco más que una serie de "mordiscos" diseñados para mostrar que a los demócratas le interesan los problemas de los trabajadores comunes: políticamente astutos, pero con poca sustancia.

El plan no habla de los temas más difíciles que va a enfrentar la legislatura norteamericana. Ninguna palabra sobre cómo los demócratas podrían arreglar las finanzas de la Seguridad Social. Ninguna mención de cómo van a manejarse con el Impuesto Mínimo Alternativo, el que, sin nueva legislación, golpeará a 22 millones de norteamericanos en 2007, desde sólo 3,4 millones que afectaba en 2006. Y peor que todo, las propuestas son internamente inconsistentes.

Reglas presupuestarias

Hay una promesa de terminar la extravagancia fiscal republicana mediante la reinstalación de reglas presupuestarias que requieren recortes impositivos y aumentos de gastos para ser emparejados con los ahorros en otras partes. Pero no hay explicaciones de cómo los demócratas van a pagar estos recortes impositivos o los aumentos de gastos.

En unos pocos meses más los demócratas tendrán que decidir si se preocupan más por la disciplina fiscal o por darles dinero a los estadounidenses comunes. La decisión establecerá el tono presupuestario para los próximos dos años. En tanto, los halcones presupuestarios esperan repetir los años 90', cuando un gobierno dividido y estrictas reglas fiscales trajeron presupuestos equilibrados. Pero parece una esperanza débil.

Los demócratas conceden que no tiene sentido echar pie atrás en algunos recortes impositivos de Bush para pagar su agenda, dado que estos recortes debieran expirar el 2010. Y muchos demócratas están ansiosos por extender esas exenciones tributarias de Bush que ayudan a familias promedio, como el child tax credit. Lo más probable que suceda es una mezcla: los demócratas introducirán una serie de nuevas y sensibles reglas presupuestarias y luego las van a presentar para los recortes tributarios que les gusten.

The Economist

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