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Turismo histórico-cultural: en los pagos de Don José de San Martin (Corrientes)

Junto a barrancas y playas del río Uruguay, Yapeyú preserva parte de la casa donde nació San Martín. Además, huellas de una misión jesuítica.

Con discreción, Yapeyú, en la provincia de Corrientes, muestra sus encantos: la luz amarillenta de los faroles, casitas antiguas, cielo estrellado, el sonido del río. De mañana, el pueblo tan dibujado en el imaginario escolar, se revela como mucho más que el lugar de nacimiento de José de San Martín.

Es un pueblito de pocas manzanas y aire colonial. Las construcciones de tonos blanco, mostaza y ocre contrastan con el verde exaltado de las plantas; el paso reposado de sus habitantes, con el movimiento del río. Calles de tierra roja, olor a selva, las piedras de la antigua misión jesuítica, los tejados de las casas bajas, las barrancas y playas de arena blanca que caen sobre el río Uruguay le imprimen una inusual belleza.

La historia de Yapeyú ("fruto maduro" o "fruto al que ha llegado su tiempo", en guaraní) comenzó mucho antes del nacimiento de San Martín. Un siglo y medio antes (en 1626), fue fundada por los jesuitas como Reducción de Nuestra Señora de los Tres Reyes de Yapeyú. Llegó a tener 8 mil habitantes y fue la más pujante de las 33 misiones, cuando aquí funcionaban un astillero y una fábrica de instrumentos musicales de gran calidad. Ese tiempo de esplendor terminó con la expulsión decretada por la Corona española en 1767.

La influencia jesuítica se nota en paredes de piedra roja de algunas casas, los cimientos de la antigua iglesia y en el museo Guillermo Furlong, que conserva las típicas baldosas octogonales.

La iglesia —construida un siglo después de la expulsión de la orden— conserva dos tallas antiguas: la Inmaculada Concepción y la Virgen Morena, la patrona de la ciudad en tiempos de las misiones tallada por los guaraníes. Con el arribo de colonos franceses en el siglo XIX, el patrono pasó a ser San Martín de Tours.

La casa austera donde nació San Martín en 1778, conserva sus cimientos de piedra roja bajo un templete de estilo neocolonial construido en 1938. A su vez, el Museo Sanmartiniano guarda objetos personales del prócer.

En la plaza principal, cerca del higuerón, el "Arco trunco" está dedicado a los soldados correntinos caídos durante la Guerra de Malvinas, en 1982. No es casual el lugar elegido: se los homenajea en esta tierra de héroes.

Silvina Quintans, CLARIN.

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