No olvidar a Dinamarca
Las cifras que entrega Dinamarca en materia de empleo general, empleo de mujeres y jóvenes, así como de capacitación, son espectaculares; tanto, que, según estudios realizados, para los trabajadores daneses la posibilidad de estar desempleados no constituye mayor preocupación o amenaza.
Dados estos antecedentes, uno hubiera esperado de nuestros actores del mundo del trabajo una disposición a estudiar este modelo sin ideas preconcebidas.
¿Qué puede tener de malo, peligroso o amenazante analizar un modelo que tantos beneficios le ha traído a un país y a sus habitantes? De hecho, antes de aplicar este modelo, Dinamarca tenía una tasa de desempleo sobre el 12%.
Sin embargo, fuera de todo lo esperable, se repitió una vez más la conducta que durante todos estos años ha marcado el análisis de los tema laborales en Chile. Por una parte, en el Gobierno surgieron inmediatamente las disputas sobre a quién le correspondía abordar el tema laboral; del sector empresarial salieron voces diciendo: "espectacular lo de la flexibilidad, pero cuidado con aumentar los gastos laborales"; y por parte de algunas cúpulas sindicales, se levantó la voz amenazando con las penas del infierno. Triste espectáculo.
Aprovechando que no hay elecciones en el corto plazo, que tanto daño le han hecho al sistema laboral chileno, ¿por qué no probamos -aunque sea por una vez- abordar el tema laboral sin ideas preconcebidas?
A vía de sugerencia, dos ideas: veamos qué se hizo en Dinamarca para que todos los actores del mundo del trabajo dejaran a un lado sus intereses grupales o personales y, segundo, analicemos uno de los tres pilares del modelo danés: el referido a su política de empleo, capacitación y reciclaje.
Por último, ¿quiénes deberían abstenerse del diálogo? Todos los que ven este tema sólo como una oportunidad para figurar y, por cierto, todos aquellos que se niegan a aceptar que el mundo cambió.
Aprovechando que no hay elecciones en el corto plazo, ¿por qué no abordamos el tema laboral sin prejuicios?
HUBERTO BERG, Director Berg Consultores
Dados estos antecedentes, uno hubiera esperado de nuestros actores del mundo del trabajo una disposición a estudiar este modelo sin ideas preconcebidas.
¿Qué puede tener de malo, peligroso o amenazante analizar un modelo que tantos beneficios le ha traído a un país y a sus habitantes? De hecho, antes de aplicar este modelo, Dinamarca tenía una tasa de desempleo sobre el 12%.
Sin embargo, fuera de todo lo esperable, se repitió una vez más la conducta que durante todos estos años ha marcado el análisis de los tema laborales en Chile. Por una parte, en el Gobierno surgieron inmediatamente las disputas sobre a quién le correspondía abordar el tema laboral; del sector empresarial salieron voces diciendo: "espectacular lo de la flexibilidad, pero cuidado con aumentar los gastos laborales"; y por parte de algunas cúpulas sindicales, se levantó la voz amenazando con las penas del infierno. Triste espectáculo.
Aprovechando que no hay elecciones en el corto plazo, que tanto daño le han hecho al sistema laboral chileno, ¿por qué no probamos -aunque sea por una vez- abordar el tema laboral sin ideas preconcebidas?
A vía de sugerencia, dos ideas: veamos qué se hizo en Dinamarca para que todos los actores del mundo del trabajo dejaran a un lado sus intereses grupales o personales y, segundo, analicemos uno de los tres pilares del modelo danés: el referido a su política de empleo, capacitación y reciclaje.
Por último, ¿quiénes deberían abstenerse del diálogo? Todos los que ven este tema sólo como una oportunidad para figurar y, por cierto, todos aquellos que se niegan a aceptar que el mundo cambió.
Aprovechando que no hay elecciones en el corto plazo, ¿por qué no abordamos el tema laboral sin prejuicios?
HUBERTO BERG, Director Berg Consultores
0 comentarios