¿Quién manda aquí? Más mujeres al mando
Se dice que para llegar a la cima en una empresa, las mujeres necesitan experiencia y demostrar que son capaces. Pero no es suficiente.
AMENUDO se le dice a las mujeres que todo lo que necesitan para llegar a la cima de una empresa es adquirir experiencia y mostrar que son capaces. Sylvia Ann Hewlett, fundadora y presidenta del Center for Work-Life Policy, entiende por qué no es tan fácil pasar del dicho al hecho.
Hewlett, una economista, descubrió que las mujeres tienen grandes dificultades para seguir el mismo camino laboral que los hombres. La autora de Off-Ramps and On-Ramps: Keeping Talented Women on the Road to Success (algo como “En las rampas y fuera de ellas: manteniendo a las mujeres talentosas en el camino del éxito”), que se lanzará el próximo mes, entrevistó a cerca de 2.500 mujeres y 650 hombres y encontró que la mayoría de mujeres toma licencias o evita avanzar intencionalmente por un período para así tener tiempo de cuidar a sus niños o familiares ancianos.
Volver a la carrera es difícil y el creciente número de empleos que requieren semanas laborales de más de 60 horas y demandan una atención a los clientes las 24 horas del día deja a las mujeres rezagadas y les cuesta a los negocios una fuente de talento.
Estos son fragmentos de la conversación con Hewlett.
The Wall Street Journal: Mucha gente pensaba que, a estas alturas, más de tres décadas después de que muchas mujeres entraron al mundo de los negocios, habría cierta paridad en los cargos de alto nivel. ¿Por qué no ha sucedido?
Hewlett: Todo el mundo pensó que si sólo se eliminaban las barreras y las mujeres entraban al proceso de ascenso, con el tiempo se verían representadas en las cúpulas corporativas.
Pero eso no ha sucedido, principalmente porque las mujeres no son clones masculinos. Para ellas, es muy difícil imitar las carreras competitivas de los hombres blancos. Llevan el peso de las responsabilidades en el hogar, así que cerca del 60% no tiene carreras lineales.
WSJ:¿Cómo describe la carrera no lineal femenina?
Hewlett: Cerca del 37% de las mujeres deja sus empleos en algún momento de sus carreras, pero sólo durante un promedio de 2,2 años. Otro grupo sustancial evita incrementar sus responsabilidades. Por ejemplo, 36% de las mujeres altamente calificadas busca trabajos a medio tiempo por un cierto período y otras declinan ascensos o escogen cargos con menos tareas.
WSJ: ¿Las mujeres que dejaron sus carreras pueden volver a retomarlas fácilmente?
Hewlett: Ese es el problema. Un 93% desea regresar al trabajo por razones financieras o porque le gusta su carrera. Pero una vez que una mujer deja de trabajar, incluso por un año o dos, las oportunidades de regresar son pocas y espaciadas entre sí. Sólo 73% consigue empleo y un 24% termina en trabajos de medio tiempo.
WSJ: Usted creó el término “trabajo extremo” para describir el creciente número de empleos que requieren semanas laborales de más de 60 horas, así como disponibilidad constante para atender a clientes y viajar.
¿Esta tendencia también afecta el avance de las mujeres?
Hewlett: Los trabajos extremos afectan la salud y el bienestar emocional de hombres y mujeres. Aunque la mayoría dice que le encanta el reto y la emoción que obtiene de ellos, también sufre de más achaques como presión alta y ansiedad, así como problemas
en sus relaciones familiares.
WSJ: ¿Por qué las empresas deberían estimular la presencia de mujeres en sus equipos?
Hewlett: Por razones que van desde una escasez creciente de talentos a un mercado competitivo. Las empresas no pueden darse el lujo de perder mujeres con experiencia y altamente calificadas.
WSJ: ¿Hay una resistencia masculina a aceptar los diferentes horarios y senderos laborales de las mujeres?
Hewlett: Para algunos líderes, ajustarse a las carreras no lineales de las mujeres es difícil porque implica el fin de una era. Significa que los hombres renunciarían a su última ventaja competitiva sobre ellas.
POR CAROL HYMOWITZ - THE WALL STREET JOURNAL
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