El meteórico ascenso del Warren Buffett de India
Rakesh Jhunjhunwala, conocido como el Warren Buffett de India, construyó su fortuna en 20 años comprando compañías locales infravaloradas. Ahora está comprando centros comerciales. Hay una gran explosión de compras en India, sobre todo en áreas como la construcción y la joyería, dijo recientemente desde su oficina, ubicada en un piso 15 con vista al Mar Arábigo, en Mumbai, la capital financiera de India.
Jhunjhunwala, un hombre de 46 años que fuma compulsivamente y lleva anillos de diamantes, es idolatrado por millones de pequeños inversionistas en India, que sueñan con seguir sus pasos. Es un invitado frecuente en los programas de TV, en los que comparte sus visiones de mercado alcista. Sale en los periódicos cada vez que compra acciones de una compañía, tiene un puesto en 10 juntas directivas y muchos inversionistas imitan sus estrategias bursátiles.
Sus inversiones son como un mapa del surgimiento económico del país. Hijo de un funcionario de impuestos, Jhunjhunwala dice que quiso ser piloto pero terminó estudiando contabilidad. A mediados de los años 80 entró al mercado con 5.000 rupias (poco más de US$100 a la tasa de cambio actual) que con el tiempo ha transformado en una fortuna de US$700 millones.
Una de sus primeras inversiones fue el fabricante de té Tata Tea Ltd., que creció rápidamente (años después, Tata Tea compró al gigante británico Tetley). Después, se pasó al negocio de la inería, donde ganó su primer millón de rupias con el exportador de mineral de hierro Sesa Goa.
Al igual que el mercado bursátil de India, Jhunjhunwala ha tenido sus reveses. El año pasado, la Junta de Bolsa y Valores de India lo absolvió a él y a su esposa en una investigación sobre manipulación de precios de acciones que involucraba algunas transacciones que su firma había hecho años atrás.
Además, en mayo, cuando el índice Sensex de la Bolsa de Bombay cayó en medio de una fuerte retirada de las acciones de mercados emergentes en todo el mundo, el portafolio de Jhunjhunwala descendió precipitadamente. Hace pocas semanas, los efectos de la baja del mercado tailandés también lo perjudicaron.
En su oficina, sus asistentes sirven las bebidas sobre portavasos que tienen impresa una frase, atribuida a John Bogle, el fundador de la firma de gestión de inversiones Vanguard Group, que resalta la importancia de la integridad y el trabajo duro. El lugar está decorado con imágenes de deidades hindúes, así como con bocetos de los multimillonarios Buffett y George Soros.
Jhunjhunwala construyó su compañía de inversión privada, Rare Enterprises (cuyo nombre proviene del Ra de su nombre y el Re del nombre de su mujer, Rekha), invirtiendo en pequeñas acciones indias. Su ascenso se diferencia del de otros íconos de la inversión en el país, que se enriquecieron gracias a la especulación y el fraude durante la burbuja tecnológica de los años 90.
Entre sus aciertos recientes destaca la venta de su participación en la calificadora india Crisil Ltd. a la estadounidense Standard & Poors Corp., propiedad de McGraw-Hill Cos., por un valor cuatro veces mayor de lo que pagó por ella.
En Mumbai, es ampliamente conocido como un tipo algo abrupto, afirma Pradeep Dokania, director del grupo global de clientes privados de DSP Merrill Lynch. Sin embargo, a veces la gente siente que tiene demasiada confianza en los mercados.
Hasta el momento, su optimismo ha dado resultado. El Sensex se ha cuadruplicado en los últimos cinco años y este crecimiento está atrayendo a cada vez más extranjeros.
Jhunjhunwala se apega a sus convicciones. Predice que para 2010, el crecimeinto del PIB de India alcanzará al menos una vez 10%. En una presentación de diapositivas que describe su filosofía de inversión, señala: el mercado alcista en India tendría que sufrir la ira de Dios para que diera marcha atrás prematuramente.
POR DIYA GULLAPALLI - THE WALL STREET JOURNAL - MUMBAI, India
Jhunjhunwala, un hombre de 46 años que fuma compulsivamente y lleva anillos de diamantes, es idolatrado por millones de pequeños inversionistas en India, que sueñan con seguir sus pasos. Es un invitado frecuente en los programas de TV, en los que comparte sus visiones de mercado alcista. Sale en los periódicos cada vez que compra acciones de una compañía, tiene un puesto en 10 juntas directivas y muchos inversionistas imitan sus estrategias bursátiles.
Sus inversiones son como un mapa del surgimiento económico del país. Hijo de un funcionario de impuestos, Jhunjhunwala dice que quiso ser piloto pero terminó estudiando contabilidad. A mediados de los años 80 entró al mercado con 5.000 rupias (poco más de US$100 a la tasa de cambio actual) que con el tiempo ha transformado en una fortuna de US$700 millones.
Una de sus primeras inversiones fue el fabricante de té Tata Tea Ltd., que creció rápidamente (años después, Tata Tea compró al gigante británico Tetley). Después, se pasó al negocio de la inería, donde ganó su primer millón de rupias con el exportador de mineral de hierro Sesa Goa.
Al igual que el mercado bursátil de India, Jhunjhunwala ha tenido sus reveses. El año pasado, la Junta de Bolsa y Valores de India lo absolvió a él y a su esposa en una investigación sobre manipulación de precios de acciones que involucraba algunas transacciones que su firma había hecho años atrás.
Además, en mayo, cuando el índice Sensex de la Bolsa de Bombay cayó en medio de una fuerte retirada de las acciones de mercados emergentes en todo el mundo, el portafolio de Jhunjhunwala descendió precipitadamente. Hace pocas semanas, los efectos de la baja del mercado tailandés también lo perjudicaron.
En su oficina, sus asistentes sirven las bebidas sobre portavasos que tienen impresa una frase, atribuida a John Bogle, el fundador de la firma de gestión de inversiones Vanguard Group, que resalta la importancia de la integridad y el trabajo duro. El lugar está decorado con imágenes de deidades hindúes, así como con bocetos de los multimillonarios Buffett y George Soros.
Jhunjhunwala construyó su compañía de inversión privada, Rare Enterprises (cuyo nombre proviene del Ra de su nombre y el Re del nombre de su mujer, Rekha), invirtiendo en pequeñas acciones indias. Su ascenso se diferencia del de otros íconos de la inversión en el país, que se enriquecieron gracias a la especulación y el fraude durante la burbuja tecnológica de los años 90.
Entre sus aciertos recientes destaca la venta de su participación en la calificadora india Crisil Ltd. a la estadounidense Standard & Poors Corp., propiedad de McGraw-Hill Cos., por un valor cuatro veces mayor de lo que pagó por ella.
En Mumbai, es ampliamente conocido como un tipo algo abrupto, afirma Pradeep Dokania, director del grupo global de clientes privados de DSP Merrill Lynch. Sin embargo, a veces la gente siente que tiene demasiada confianza en los mercados.
Hasta el momento, su optimismo ha dado resultado. El Sensex se ha cuadruplicado en los últimos cinco años y este crecimiento está atrayendo a cada vez más extranjeros.
Jhunjhunwala se apega a sus convicciones. Predice que para 2010, el crecimeinto del PIB de India alcanzará al menos una vez 10%. En una presentación de diapositivas que describe su filosofía de inversión, señala: el mercado alcista en India tendría que sufrir la ira de Dios para que diera marcha atrás prematuramente.
POR DIYA GULLAPALLI - THE WALL STREET JOURNAL - MUMBAI, India
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